COVID en China, en Estados Unidos y todo lo que hay entre medias
Yo estaba disfrutando de las vacaciones pero COVID sigue haciendo de las suyas. Es hora de hablarles del estado de cosas.
China
Como era de esperar, la situación con COVID en China se ha ido de las manos. En un giro interesante de acontecimientos China ha pasado de una política de COVID-cero a una política de “todo está permitido” dejando atrás toda medida de prevención sin haber vacunado completamente a su población de riesgo más alto ni haber reforzado su sistema sanitario.
Particularmente atroz es el hecho de que también hayan dejado de reportar casos, hospitalizaciones y muertes. Esto les beneficia sobre el papel, pero cuando dependemos de informes anecdóticos, de los que hay muchos, vemos que la situación en China es más que nefasta.
Los funcionarios estiman que de 5.000-10.000 personas mueren al día. (Durante el pico en Estados Unidos morían unas 3.800 personas al día). Los epidemiólogos calculan que la cifra de muertos en los próximos meses llegará a 0,5-1 millón. Un desastre humanitario.
Este brote podría tener implicaciones a nivel mundial, como la aparición de una variante de preocupación. Lo mejor que podemos decir es que BF.7 se está extendiendo por China, y que es una subvariante de Ómicron unos tres escalones evolutivos por detrás de lo que se está extendiendo por la mayor parte del mundo. Pero podría aparecer una nueva variante de preocupación. (Esto es más una posibilidad que una probabilidad porque la transmisión es muy alta en todas partes).
Pero, al igual que los datos de casos y muertes, China no está reportando datos genómicos. Es decir, no sabemos si, y cómo, está cambiando el virus y lo que pueda (o no pueda) significar esto para la comunidad internacional.
Estados Unidos reacciona a nivel doméstico
Según esto, ¿cómo debería responder Estados Unidos a nivel doméstico? Depende de cual sea nuestro objetivo: ¿retrasar o disminuir la transmisión desde China? ¿identificar variantes de preocupación? ¿presionar al gobierno chino para mantener su responsabilidad a nivel internacional?
Ayer, Estados Unidos señaló sus dos objetivos:
Retrasar la transmisión. Entre “no hacer nada” y “prohibir totalmente los viajes” Estados Unidos va a hacer algo intermedio. Los viajeros que vengan a Estados Unidos desde China necesitarán una PCR negativa dentro de las 48 horas previas al viaje. Entrará en efecto el 5 de enero de 2023. Entiendo que el objetivo es ganar tiempo–retrasar una ola originada por viajeros. Y esta es una preocupación legítima dado que Milán ha reportado que el 50% de los pasajeros en vuelos de China han dado positivo. Sin embargo, hasta que punto se consiga retrasar la ola, y por cuánto, es objeto de debate.
Como señaló Adam Kucharski, “la transmisión doméstica descontrolada crecerá de manera exponencial mientras que los casos importados lo harán de forma linear. Es decir, es más probable que nos infectemos de un residente que de un viajero”.
Segundo, la política no se pone en marcha hasta la semana que viene, para dar tiempo a las aerolíneas a prepararse, lo que probablemente no sirva de nada si la transmisión ya está fuera de control en China.
Hacer un test en las 48 horas previas al viaje es problemático. Los estudios han demostrado que solo se reduce la transmisión en un 10%.
Finalmente, retrasar la transmisión solo funciona si hacemos algo para prepararnos.
Haciendo unas cuentas rápidas, esta política podría prevenir ~10.000 infecciones en Estados Unidos. Si apareciese una variante de preocupación con invasión inmunitaria del 100% y cada pasajero la tuviera (un escenario poco probable), retrasaríamos la ola una semana.
En cualquier situación de crisis, las decisiones políticas son un reto. Los riesgos (éticos, de falta de eficacia, de daños a otros, como xenofobia) deben ser sopesados con los beneficios (bajo coste, posible retraso de la transmisión). Entonces se involucra la política. Para mí, desde el punto de vista epidemiológico, esta política no aporta nada.
Encontrar variantes de preocupación. El segundo objetivo es encontrar potenciales variantes de preocupación. Dado que China no publica ningún dato, aumentar la monitorización de los casos de PCR con historia de viaje a China merece la pena. Estados Unidos no tendrá acceso a los resultados de los tests previos a la salida de China, pero se pueden hacer test aquí conforme llegue la gente.
Los CDC ya tienen un programa listo (vea el gráfico siguiente) pero dada la situación en China, se ha expandido a dos aeropuertos más. Aunque este es un programa proactivo, no es tan grande: 10% de los pasajeros en 7 aeropuertos. Deberíamos aumentar la capacidad. Sería mucho más ventajoso secuenciar las aguas residuales de los aviones.
Un problema de cosecha propia
Independientemente de la situación en China, las variantes que circulan por Estados Unidos son probablemente más problemáticas. Por lo menos a corto plazo.
Específicamente, tenemos una nueva subvariante en el horizonte: XBB.1.5. Es una subvariante descendiente de BA.2, que es distinta de la que circula actualmente. (BQ.1.1—una descendiente de BA.5).
Tanto los datos de laboratorio como los epidemiológicos muestran que XBB.5.1 puede ser una variante de preocupación:
En el “mundo real” , y en Nueva York en concreto, los casos están aumentando exponencialmente. En este momento, CBB.1.5 tiene una ventaja de crecimiento del 120%, lo que equivale, de media, a 1 persona infectada infectando a otras dos. Esto tiene en cuenta nuestra pared inmunitaria. Esta tasa es mayor de la que hemos visto este año con cualquier otra variante dada nuestra pared inmunitaria.
Así que, como era de esperar, vemos un repunte claro en las aguas residuales del nordeste. Esto es inoportuno dado que las admisiones en hospital de personas mayores de 70 años está en el tercer punto más alto desde que empezó la pandemia. Y esto todavía no refleja la nueva variante ni el efecto de las vacaciones.
En el laboratorio, XBB.1.5 nos ofrece una imagen más confusa. Tiene más o menos la misma habilidad de escapar la inmunidad que otras subvariantes. Por eso, no pensaríamos que pudiera producir una ola enorme comparado con lo que circula ahora mismo. XBB.1.5 tiene una afinidad de unión a ACE2 mayor—puede acoplarse más fuertemente; es más pegajosa. Pero eso no la hace necesariamente dominante. Así que puede que algo más esté pasando–otra parte del virus que es importante para la transmisibilidad ha podido cambiar. No sabemos la respuesta todavía.
En resumidas cuentas
Deberíamos estar muy preocupados por la gente de China. Y existe la posibilidad de que surja una variante de preocupación de ese desastre. Aunque Estados Unidos ya tiene su propio problema.
Realmente esperaba un 2023 más tranquilo. Puede que aún sea así, pero con lo que está ocurriendo no se si será posible.
Love, YLE
Tu Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, trabaja en un comité de expertos en política sanitaria y por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos. Este boletín informativo es gratis gracias al apoyo generoso de los miembros de la comunidad YLE. Para contribuir a este esfuerzo, por favor suscríbase aquí.