Estado de cosas: 31 de enero
La tendencia de casos sigue variando mucho alrededor del mundo. Por ejemplo, después de alcanzar cifras tremendas, en Francia y Australia están en descenso. Los casos en Japón están aumentando, pero de forma lineal en vez de exponencial gracias a su respuesta multifactorial de salud pública. De modo interesante, en el Reino Unido, Canadá y Sudáfrica los casos se estancaron después del descenso inicial.
Los casos exorbitantes de Dinamarca siguen en aumento. Creo que este gráfico de John Burn-Murdoch en el Financial Times dio en el blanco, destacando también cómo la tasa de pacientes en UCI estaba bajando y las muertes estaban al 50% de las de la ola del pasado invierno. Con una tasa de vacunación del 83%, Dinamarca decidió retirar todas las medidas de mitigación de salud pública, algo que como se pueden imaginar ha generado un buen debate a nivel internacional.
Novedades del BA.2
La variedad de tendencias en casos por el mundo se puede atribuir probablemente al establecimiento de BA.2 (el linaje hermano de Ómicron). La OMS confirmó que debería darse prioridad a investigar la capacidad de producir enfermedad severa y de escapar de la inmunidad de BA.2. Desde mi actualización de la semana pasada, hemos aprendido un poco más de este sublinaje.
Transmisibilidad. Tenemos evidencia constante de que BA.2 supera a BA.1. En Inglaterra, por ejemplo, BA.2 tiene una tasa de crecimiento de +126% sobre BA.1. Las tasas de ataque secundario son también mayores en los hogares del Reino Unido, con un 13.4% de los casos transmitidos dentro del hogar frente al 10.3% de BA.1. El gráfico siguiente confirma la ventaja de crecimiento, reflejando el crecimiento de la variante en Dinamarca.
2. Escape inmunitario. Tenemos evidencia preliminar de que las vacunas siguen funcionando muy bien contra BA.2. De hecho, funcionan un poco mejor que contra BA.1. Health Security Agency del Reino Unido hizo público un informe el pasado viernes sugiriendo que la efectividad de la vacuna frente a la enfermedad sintomática era de un 70% para BA.2 comparado con un 63% para BA.1. Son buenas noticias.
Por tanto, BA.2 significa que probablemente veamos una ola prolongada de Ómicron en muchos países. Por ejemplo en Sudáfrica se espera que suban los casos porque está arraigando BA.2. Sin embargo, cuánto más vayan a aumentar es algo importante a seguir en las próximas semanas.
Estados Unidos
En los Estados Unidos, los casos y el porcentaje de positividad de los tests continúan en descenso. Como las dos medidas van en paralelo (en vez de mostrar tendencias opuestas), tengo la confianza de que ésta es la tendencia “verdadera” y no un fenómeno secundario a nuestra capacidad de hacer test o del comportamiento de los test. Los casos reportados, sin embargo, continúan siendo inferiores a los números brutos. Dada la gran tormenta de nieve en el Nordeste, puede que se subestimen las cifras la semana que viene, por los retrasos para hacer test, el cierre de laboratorios y la gente quedándose en casa.
La tendencia de casos parece consistente en todas las regiones de los Estados Unidos. De hecho, solamente hay 10 estados con crecimiento de casos ahora mismo, con Montana (+79%), Washington (+55%) y Idaho (+46%) como los líderes. Pero incluso los líderes tienen un crecimiento nada impresionante si lo comparamos con el principio de la ola Ómicron cuando alcanzamos porcentajes de aumento de cuatro cifras.
Lamentablemente, las hospitalizaciones y las muertes van rezagadas con respecto a los casos. Y aunque las hospitalizaciones siguen bajando, todavía están muy altas con 146.787 personas hospitalizadas. Lo que significa que todavía estamos por encima del pico de hospitalizaciones del invierno pasado. Las muertes no han alcanzado el pico todavía y han aumentado un 29% en los últimos 14 días. El pasado viernes se registraron 3.824 muertes en un día. De media, perdemos 2.572 personas al día.
Gracias a la inmunidad (y a la menor severidad intrínseca de Ómicron), la razón de letalidad de los casos (CFR, por sus siglas en inglés) sigue bajando en los Estados Unidos y en el mundo. Estamos viendo un patrón similar en la razón de letalidad de la infección (IFR, por sus siglas en inglés, que tiene en cuenta casos asintomáticos y no reportados) en el Reino Unido. Pero como se observa en el segundo gráfico a continuación, la razón de letalidad de la infección (IFR) es todavía 2 veces mayor que la de la gripe (Piense que esto significa que la IFR de los Estados Unidos es unas dos veces más alta que la del Reino Unido).
Vacunaciones
En los Estados Unidos, 67.7% de las personas mayores de cinco años tienen la serie primaria de las vacunas (63.7% de la población total). Y, como hemos visto en olas anteriores, el lado bueno de Ómicron es que más gente se ha puesto la primera dosis. Este repunte ha sido modesto. Kaiser Family Foundation reportó que sólo un 8% de los adultos no vacunados declaró que Ómicron hizo más probable que se vacunaran. Nos estamos acercando lentamente al punto de inflexión en la demanda de vacunas. Aún así, las tasas de vacunación continúan siendo desproporcionadas entre los distintos grupos sociodemográficos.
De entre los que están vacunados, sólo un 41.3% tienen la dosis de refuerzo. Aún más preocupante para mí es que sólo el 64% de los americanos mayores de 65 años tienen la dosis de refuerzo, ya que ellos tienen más probabilidades de tener un caso grave posvacunación que la gente más joven. La razón principal por la que la gente no se pone la dosis de refuerzo es porque “no lo necesitan/ no sienten estar en riesgo por COVID” seguido de “ inelegible (no ha pasado suficiente tiempo desde la segunda dosis)” y “no creo que vaya a ser efectivo”. Pero la historia sigue mostrándose clara: las dosis de refuerzo sí que ayudan frente a la infección, hospitalización y muerte. Aunque ciertamente no tanto como vacunarse en primer término.
¡Qué tengan una semana estupenda! YLE