Estado de cosas: pediatría y ómicron
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Vamos a dar un repaso profundo a los indicadores epidemiológicos de COVID 19 a raíz de ómicron.
En este artículo, voy a estructurar las estadísticas de forma algo diferente para abordar “considerar el numerador” vs “considerar el denominador”. La Dra. Lindsey Leininger (una experta en política basada en Dartmouth y cofundadora de Dear Pandemic) recientemente me dio a conocer esta perspectiva, nueva para mí, y fue increíblemente reveladora. De hecho, creo que explica porque hay considerables discrepancias durante la pandemia en prácticamente todo. Esto ocurre en la percepción de la amenaza que SARS-CoV-2 supone para los niños. Las personas que consideran el numerador no están de acuerdo con las que consideran el denominador y viceversa. Ésta es la diferencia entre los dos:
Considerar el numerador: El prisma se pone de forma más intensa en los números absolutos—¿Cuántos niños hay hospitalizados? ¿Está subiendo esta cifra? ¿Cuántos niños han muerto?
Considerar el denominador: El foco principal es la población de la que se obtiene ese numerador— ¿Cuántos niños han muerto comparado con los adultos? ¿Cuántos casos de miocarditis hay por cada millón de dosis?
La atención diferente a cada uno de ellos depende de la historia, el trasfondo, la cultura, el empleo y el contexto. Por ejemplo, para los clínicos que cuidan de estos pacientes cada día, el numerador es lo primero. Como padre, tener a mi hijo en el numerador no me reconforta incluso si la posibilidad de que eso suceda sea mínima. Los legisladores, por otra parte, necesitan una perspectiva orientada hacia el denominador. Pero todo el mundo necesita considerar los dos elementos. Aquí les presento las dos perspectivas en un intento dar una imagen completa del estado de cosas con los niños y el COVID 19.
Casos
Numerador: Los casos en pediatría se están disparando. El 31 de diciembre, la Academia Americana de Pediatría declaró 580.247 casos en una semana— una cifra récord y el mayor aumento semanal hasta la fecha.
Denominador: Los casos, independientemente de la edad, se están disparando. Debajo tienen el último gráfico de la CDC de casos por grupo de edad, en el tiempo. De forma interesante, se puede observar que el patrón ha cambiado a lo largo de la pandemia. Por ejemplo, el invierno pasado, los niños eran el grupo con menor número de casos. Durante la ola delta, los niños lideraron los casos (quizás porque abrieron las escuelas). En la ola ómicron, los casos están en un un nivel intermedio: el grupo de 18-49 años encabeza los casos, seguido por niños (0-17 años) y por último los grupos de mayores (más de 50 años).
Los niños constituyen el 17.3% de los casos, y esta proporción ha aumentado con el tiempo. Se debe a muchos factores, entre ellos a que más adultos se han ido vacunando. También, con el tiempo, más y más niños tienen menos burbuja de protección, al terminarse la enseñanza virtual, reanudar más actividades sociales, etc.
Hospitalizaciones
Numerador: Las hospitalizaciones pediátricas también están aumentando. Y lo están haciendo rápidamente. En el gráfico inferior, las hospitalizaciones entre niños de 0-17 años aumentó a cifras nunca vistas antes, con una incidencia diaria de 1,13 admisiones nuevas por 100.000 niños.
Denominador: Cuando comparamos estos datos con otros grupos de edad, el número de admisiones entre los de 0-17 años continúa siendo la más baja comparado con cualquier otro grupo de edad. Ahora mismo, las admisiones hospitalarias están subiendo en todos los grupos de edad.
Otra forma de mirar esto es comparando las hospitalizaciones por otros virus. He revisado cuidadosamente la literatura y he creado la tabla que tienen a continuación. Para niños por debajo de 5 años, el virus respiratorio sincitial (VRS) tiene la tasa mayor de hospitalización (como sociedad no le damos suficiente importancia a este virus), seguido por SARS-CoV–2 y el virus de la gripe. Este patrón cambia para los niños de 12-17 años: SARS-CoV-2 es el líder, seguido por VRS y la gripe. Afortunadamente tenemos una vacuna para la gripe. También tenemos una vacuna para el COVID 19, pero esto no nos consuela a los padres con niños menores de 5 años que siguen esperando.
Dado nuestro menos que óptimo sistema de vigilancia, solamente disponemos de tasas de hospitalización por COVID19 a nivel nacional. Para datos más detallados hay que fijarse en jurisdicciones específicas. Por ejemplo, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York aportó contexto importante a estas hospitalizaciones :
Las admisiones están aumentando en niños entre 0-11 años. Las admisiones han aumentado del 48-72% entre niños no vacunados con edades comprendidas entre 0-11 años en la ola ómicron comparada con la delta. Esto no es así para niños no vacunados de entre 12 y 17 años. Esto podría indicar que ómicron no es más leve para los niños más pequeños.
Por” o “con” COVID19. Ha habido mucho interés entre el público sobre si los niños (y adultos) son hospitalizados “por COVID19” o “con COVID19”. Aunque esto no es relevante para responder a algunas preguntas ( como capacidad hospitalaria o infecciones adquiridas en el hospital por pacientes vulnerables y personal), es importante para otros asuntos (como la severidad de ómicron en los niños). En el estado de Nueva York, el 59% de los niños con COVID19 son admitidos por COVID19. Sin datos históricos, es difícil interpretar lo que esto significa. Pero ciertamente no significa despreciar al 41% restante (hospitalizaciones “con COVID19”) Los clínicos trabajando sobre el terreno describen una tercera categoría: “enfermedades exacerbadas por COVID19”. Por ejemplo, si un niño tiene diabetes, la infección por COVID19 complica la enfermedad y el niño requiere hospitalización. Esto es muy diferente de un niño con un brazo roto que da positivo. De esta tercera categoría no se habla mucho, y no se debe ignorar.
Enfermedades preexistentes. En el estado de Nueva York, del 53-63% de los niños hospitalizados con/por COVID19 no tenían enfermedades preexistentes. Esto es consistente con los informes previos de la CDC. COVID19 severo en los niños puede ser aleatorio.
COVID persistente
Numerador: En los Estados Unidos, no tenemos bien captada la prevalencia…para nada. Pero el Reino Unido tiene un magnífico sistema de vigilancia. Usando datos de su Oficina de Estadísticas Nacionales, antes de ómicron, la incidencia de COVID19 persistente siguió aumentando. En noviembre de 2021, más de 20.000 niños habían tenido síntomas de COVID por más de 12 meses. A mayor número de casos, mayor incidencia de COVID persistente.
No sabemos el impacto de la ola ómicron en el COVID19 persistente. Podría ser menos prevalente porque la carga viral está reducida, o podría ser más prevalente porque el proceso de la enfermedad es distinto. No lo sabemos.
Denominador: Afortunadamente, el COVID persistente es menos prevalente en niños comparado con adultos. Finlandia llevó a cabo un estudio y encontró que la prevalencia de COVID persistente es referido por el 50% de los adultos infectados y el 2% de los niños. Esto es consistente con investigaciones del Reino Unido que muestran que el COVID19 persistente está presente en menos del 2% del la población.
Muertes
Numerador: De entre los estados que declaran las muertes por grupo de edad (46 estados y NYC), un total de 747 niños han muerto por COVID durante la pandemia. Una vez que se tiene en cuenta la información que falta de los distintos estados, se estima que 812 niños han muerto por COVID19 en los Estados Unidos.
Denominador: Las muertes pediátricas constituyen el 0,10% del total. En otras palabras, mueren muchísimos más adultos por COVID que niños.
Hay otro denominador que considerar. Comparar niños con adultos tiene sus fallos porque los niños no mueren tan frecuentemente como los adultos en general. Si cambiamos el denominador a niños, el COVID19 es una de las 10 causas principales de muerte. Kaiser Family Foundation presentó las muertes por COVID por edad, en el ranking de las causas principales de muerte en los Estados Unidos. La posición de muerte por COVID cambiaba según el mes ( es decir, dependiendo de si estábamos en una ola o no).
Vacunas
Numerador: Más de 8,6 millones de niños de entre 5-11 años y 18,7 millones de niños de entre 12-15 años han recibido al menos una dosis en los Estados Unidos. A 19 de diciembre, esto se tradujo en 12 casos declarados de miocarditis entre niños de 5-11 años y 265 casos declarados de miocarditis entre niños de 12-15 años.
Denominador: No hay suficientes niños vacunados. Hay 28 millones de niños entre 5-11 años en los Estados Unidos, lo que significa que tenemos una tasa de vacunación del 31%.
Los casos de miocarditis son desafortunados pero increíblemente raros: 12 casos entre los 8,6 millones de niños pequeños vacunados y 265 casos entre los 18, 7 millones de niños mayores vacunados. Esto representa de 4-70 casos de miocarditis inducida por vacunas por 1.000.000 de dosis, dependiendo de la edad y el sexo.
Pero el “número de dosis” no es el único denominador a tener en cuenta:
La incidencia de la miocarditis inducida por la infección (inflamación causada por la infección por COVID19, no por las vacunas) es de 40 por 1.000.000 entre los menores de 40 años. Así que en la mayoría de los casos, las miocarditis son más comunes por COVID19 que por las vacunas. Pero incluso en los grupos donde esto no es así, el denominador es imperfecto porque los síntomas de miocarditis por la infección son mucho más severos que los síntomas de la miocarditis por la vacuna.
Además, la miocarditis no es la única consecuencia a la que prestar atención. Las vacunas funcionan increíblemente bien en niños para prevenir las hospitalizaciones y las muertes. Antes de ómicron, los niños de entre 12-17 años de edad tenían 11 veces mayor riesgo de hospitalización que sus semejantes vacunados.
Estamos viendo esto en jurisdicciones locales también. En un hospital de Carolina del Sur, ninguno de los niños hospitalizados con/por COVID19 estaban vacunados. Ninguno de ellos. En un informe del estado de Nueva York, 91% de los niños de entre 5-11 años que fueron hospitalizados con/por COVID19 estaban sin vacunar.
Desafortunadamente, tenemos evidencia de que tras la pauta inicial, la eficacia de las vacunas contra la infección disminuye con el tiempo. Lo vimos en adultos, y ahora lo estamos viendo con nuestros niños de 12-15 años. Esto era cierto antes de ómicron, pero ómicron está acelerando el proceso. Nos apoyamos en datos del Reino Unido para ver este efecto en tiempo real (mire el gráfico a continuación). Por ello, la semana pasada FDA y ACIP recomendaron que todo aquél mayor de 12 años debe recibir una dosis de refuerzo (en vez de puede recibir una dosis de refuerzo).
En resumidas cuentas
: Los niños no se libran de este virus. Ómicron ha puesto las cosas en un estado frenético. No podemos subestimar el numerador. Pero tampoco podemos ignorar el denominador—en general, el precio para los niños no es tan alto como para los adultos.
Hay mucha gente tomando decisiones difíciles ahora mismo (padres, profesores, legisladores, etc). Como madre de dos niñas menores de 3 años, me identifiqué con un titular de Slate: “La Agonía de los Padres con Niños menores de 5”. Necesitamos encarar las decisiones de todos con empatía y reconocer cómo (y por qué) la gente puede poner más énfasis en numeradores que en denominadores ( y viceversa).
Love, YLE