Estado de cosas: ¿Podemos fiarnos del número de casos?
¿Estamos en medio de una ola en Estados Unidos? Y, si es cierto, ¿Cómo es y qué tiene que hacer la gente? Estas son dos preguntas relativamente simples pero con respuestas bastante complejas. Esto es así porque simplemente no sabemos cuántos casos “verdaderos” hay en la comunidad. Estamos andando a ciegas porque tenemos un nivel de vigilancia que dista de ser óptimo y que no se adapta a este panorama cambiante. En conjunto, esto hace que la gente no pueda considerar esos datos para tomar decisiones.
Estado de cosas
Después de dos meses de descenso constante de casos, el número oficial de casos en Estados Unidos muestra un modesto aumento del 10% en los últimos 14 días. Comparado con las olas de Delta o de Ómicron (que llegaron al pico con 164.000 y 803.000 casos diarios respectivamente), tenemos todavía un número registrado de casos muy bajo, con una media de 32,139 casos al día.
En el Noreste se nota la mayor aceleración de casos. Rhode Island es el líder con un aumento de casos del 94%, seguido por Maryland (+77%), Washington DC (+76%), New Jersey (+69%), y New York (+67%). Hay otros casos aislados de estados con aceleración de los casos, incluyendo Mississippi (+87%) y Oregon (+70%). Estos estados pueden ser la semilla para originar focos fuera del Noreste.
Pero ¿Podemos confiar en el recuento de casos?
Hay indicios en el Reino Unido que nos hacen pensar que no podemos confiar en los casos reportados oficialmente. La catedrática Christina Pagel, Directora de Investigación Clínica Operativa en la University College de Londres, creó un gráfico recientemente con los datos registrados en Reino Unido y los comparó con los datos de monitorización de la prevalencia de la Oficina Nacional de Estadística–un estudio en desarrollo que toma muestras de la comunidad para COVID19, al azar. Como se ve en el siguiente gráfico, antes de enero de 2022, las dos medidas se reflejan en espejo. Sin embargo, recientemente las dos medidas se están separando de forma dramática. Esto quiere decir que los casos a nivel nacional claramente no se están reportando, incluso en un sistema de monitorización de vanguardia como el del Reino Unido. Allí, la separación de medidas se ha atribuido a la falta de disponibilidad de tests diagnósticos gratuitos. Además, desde el 11 de enero, aquéllos con un test de antígenos positivo, no requieren una PCR confirmatoria.
En Estados Unidos, aún tenemos más incertidumbre porque no tenemos un sistema de monitorización ni remotamente parecido al del Reino Unido. Sin embargo, sí sabemos que nuestro paisaje a nivel de tests está cambiando rápidamente.
Cada vez más gente está usando test de antígenos. Gracias al mayor conocimiento y a la disponibilidad de tests gratuitos, los test de antígenos se están usando más que nunca. Una publicación de MMWR encontró que su uso se ha más que triplicado durante la ola Ómicron comparado con la ola Delta. Aunque son noticias fantásticas, dado que siempre se han infrautilizado, los CDC no han hecho el trabajo necesario para captar estos casos así diagnosticados. Afortunadamente, en algunas jurisdicciones se han implementado sistemas para que los miembros de la comunidad puedan reportar los resultados de los test de antígenos hechos en casa, pero la adopción de estos sistemas está lejos de ser óptimo.
Menos tests. Desde el 22 de marzo, los proveedores de servicios médicos no pueden demandar la cobertura de los test para pacientes sin seguro. Es decir, hemos quitado un incentivo para hacer tests. La disparidad en los test serán la siguiente consecuencia, si no está pasando ya. Como vimos al principio de la pandemia, los vecindarios más pobres tendrán muchos menos casos que los vecindarios con ingresos altos. Esto alimentará un ciclo peligroso de transmisión desproporcionada→infección→mortalidad.
Casos asintomáticos. Con las vacunas y la infección inducida por la inmunidad habrá más casos leves que nunca. Por ello, habrá más transmisión asintomática y/o tal vez la gente no se haga un test porque solo tienen un resfriado y/o no sienten la amenaza de una posible infección.
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, no sabemos la verdadera discrepancia entre los casos reportados y los casos “verdaderos” en las comunidades. El IHME (Institute for Health Metrics and Evaluation) estima que por cada 100 casos en Estados Unidos, solo 6-7 son registrados oficialmente en nuestros sistemas de monitorización. Por ejemplo, el 31 de marzo de 2022, el IMHE reportó 27.400 casos pero estimó 404.600 “”verdaderos casos” debido a la falta de registro de muchos de ellos y a las infecciones asintomáticas. Esta diferencia se ha ampliado dramáticamente con el tiempo. Durante el pico de la ola Delta, se reportaron aproximadamente el 43% de los casos. . Durante Ómicron, se registraron el 26% aproximadamente. Ahora mismo, se reportan aproximadamente el 7% de los casos, los que es extremadamente bajo. Estamos moviéndonos a ciegas.
La distinción de esta diferencia es más importante para aquel público que se ve forzado a navegar la pandemia individualmente. Y sí, todavía hay gente, con todo derecho, intentando evitar la infección (no es inevitable) y/o romper las cadenas de transmisión cerca de los más vulnerables. Desgraciadamente, los paneles de información de COVID19, como NYT y CDC, no reflejan de forma precisa la transmisión o el riesgo, para poder ayudar con la toma de decisiones.
Por ejemplo, echemos un vistazo a Maryland. Ahora mismo están registrando 8 casos por 100.000 habitantes. Según la nueva guía de los CDC, están en verde porque sus hospitalizaciones no se van a disparar en tres semanas. Así que según los CDC no necesitas llevar mascarilla. Pero según la recomendación antigua de los CDC, Maryland tiene una transmisión considerable con un sumatorio de 7 días de unos 56 casos por 100.000 habitantes. [[¡Ambos!]]. Usando esta medida, la gente estaría a punto de tener que llevar mascarilla. Si usamos las estimaciones de transmisión del IMHE, la verdadera transmisión en Maryland es mucho, mucho más alta—800 casos por 100.000 habitantes—un nivel al que sin ninguna duda deberían ustedes llevar mascarilla.
Para ver los umbrales, antiguo y actual, de los CDC para su estado o condado, vaya AQUÍ. Para las nuevas directrices- el gráfico de la izquierda– seleccione “ COVID19 Community Levels” al desplegar el menú de tipo de datos (Data Type). Para las directrices antiguas, o el gráfico de la derecha, seleccione “Community Transmission”.
Otros sistemas de monitorización
Entonces, si el recuento de casos brutos no es preciso, ¿Qué más tenemos que funcione?
Hay muchas miradas puestas en la monitorización de aguas residuales. Afortunadamente, esto está implementado en muchas ciudades, aunque no en todas, así que no es una medida que se pueda generalizar o de fiar para todas las áreas. La detección de SARS-CoV-2 en aguas residuales está aumentando rápidamente en todas las regiones de Estados Unidos. Aunque el mayor movimiento se ve en el Noreste. Estamos claramente en un repunte. Sin embargo, una limitación al uso de datos de la monitorización de aguas residuales es que se debe utilizar junto a datos de test clínicos, y no en sustitución de ellos. No hay consenso en cómo es la comparación directa entre la concentración de SARS-CoV-2 y el número de casos clínicos, únicamente hay acuerdo en que indican tendencias similares. Así que no podemos usar la monitorización de aguas residuales para hacer una estimación de los casos brutos en un área. Solo contribuye a la visión de conjunto de la transmisión del virus en la comunidad.
La Tasa de positividad de los test (TPR) puede ser también de utilidad. Aunque se vayan a hacer menos test de PCR, el ritmo al que las PCR sean positivas, y lo que es más importante, la tendencia que muestren, será de utilidad. A nivel nacional, la TPR está aumentando y acelerándose (vea el gráfico logarítmico de TPR a continuación). Sin embargo, el umbral nacional está todavía por debajo del 5%, que la OMS define como “baja transmisión comunitaria”.
Como último resorte, podemos confiar en las hospitalizaciones. Esta medida, sin embargo, va con retraso y para cuando aumenta (si aumenta), la transmisión comunitaria ya es demasiado alta. Como refleja muy bien el epidemiólogo Jason Salemi en sus gráficos, los recuentos de 7 días de admisiones hospitalarias están comenzando a aumentar en varios estados. En el resto de los estados, siguen bajando.
En resumidas cuentas
Como es de esperar en una pandemia, el paisaje sigue cambiando, lo que dificulta a todos navegar por las distintas situaciones. Desgraciadamente, la fiabilidad del número de casos se está desmoronando. Le rogaría que no use números estáticos o umbrales de casos (como 50 casos por 100.000) para determinar su comportamiento. En vez de ello, siga las tendencias de cerca–la de aguas residuales, la tasa de positividad de los test o incluso la tendencia de casos. Si las tendencias ascienden con rapidez donde usted vive, haga uso de las herramientas frente a COVID19, como llevar una mascarilla o aprovechar los test de antígenos para romper las cadenas de transmisión.
Love, YLE