La vacuna contra el COVID19 no afecta a la fertilidad: últimos datos científicos
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Una de las mayores preocupaciones entre adultos jóvenes y padres es que las vacunas contra el COVID19 puedan afectar negativamente la fertilidad. De hecho, la última encuesta de Kaiser Family Foundation encontró que 2 de cada 3 (66%) padres están preocupados por que la vacuna pueda afectar a la futura fertilidad de sus hijos.
Pero no hay a día de hoy ningún dato científico que sugiera que esto pueda ser ni remotamente cierto. Los rumores y mitos sobre los efectos de la vacuna del COVID19 en todos los aspectos de la reproducción y el funcionamiento sexual han surgido de tres hechos específicos durante la pandemia.
En diciembre de 2020, la desinformación se originó en una entrada de un blog que aseguraba que los anticuerpos inducidos por la vacuna podían atacar también otras proteínas humanas necesarias para la implantación del embrión, y afectar el funcionamiento de la placenta. Desde entonces, se han publicado 3 estudios revisados por pares demostrando que no es así (aquí, aquí). Uno de los estudios comparaba la transferencia de embriones a mujeres con anticuerpos frente a SARS-CoV-2 después de vacunarse y a mujeres sin dichos anticuerpos. A la larga, los anticuerpos no afectaron a las tasas de transferencia satisfactoria de embriones en 171 intentos. En cualquier caso, la desinformación hizo mucho daño plantando una semilla de duda en millones de personas incluso antes de que las vacunas estuvieran disponibles.
En la primavera de 2021, el temor aumentó tras un número anecdótico de reportes informales de ciclos menstruales irregulares tras la vacunación contra el COVID19. Esto no se vio en ensayos clínicos debido a la desafortunada y larga historia de no estudiar la salud de las mujeres en los estudios de investigación. Hicimos la hipótesis de que ésto era un efecto secundario temporal (como la fiebre) porque el sistema inmune afecta prácticamente a todos los órganos, incluido el reproductivo. Pero eran necesarios estudios del mundo real para confirmarlo. Por fín tenemos los datos científicos (lea más adelante los detalles).
Y, por último, es necesario reconocer los movimientos antivacunas, que impulsan la desinformación en las redes, y se aprovechan de este temor. Lo hemos visto una y otra vez con otras vacunas (HPV, Hep. B,...). De hecho, en países en vías de desarrollo todavía hay polio debido al extendido temor de que las vacunas contra la polio causen infertilidad.
No hay razón biológica que nos haga esperar que la vacuna del COVID19 afecte a la fertilidad. Pero es importante confirmar la falta de relación entre la vacuna del COVID y la fertilidad para recuperar la confianza del público. Dos estudios científicos clave vieron la luz en las pasadas dos semanas….
Estudio de concepción
La semana pasada se publicaron los resultados de PRESTO (Pregnancy Study Online), estudio de referencia centrado en la etapa de preconcepción. Los investigadores alistaron a 2.126 mujeres residentes en los Estados Unidos y Canadá entre diciembre de 2020 y septiembre de 2021, y las siguieron hasta noviembre de 2021. Sus parejas varones también fueron invitados a participar en el estudio. Ambos tuvieron que completar un cuestionario cada 8 semanas hasta producirse el embarazo, o por un periodo de 12 meses, si no se producía el embarazo. El cuestionario incluía preguntas sobre el estilo de vida y factores médicos, incluyendo vacunación e infecciones previas por COVID19. Los científicos evaluaron estadísticamente las probabilidades de concepción entre vacunadas frente a no vacunadas y en mujeres con infección previa por SARS-CoV-2 y aquellas que no lo habían sido infectadas. ¿Qué encontraron?
73% recibieron al menos una dosis de la vacuna contra el COVID19, con un rango de 0 a 11 meses desde la vacunación (la media fue de 3,5 meses)
7% de las personas declararon haber tenido infección previa por COVID19.
La vacunación de las mujeres no tuvo impacto sobre la concepción.
No vacunadas: 539 (19%) se quedaron embarazadas.
Una dosis de la vacuna: 676 (18%) se quedaron embarazadas.
Dos dosis de la vacuna: 565 (18%) se quedaron embarazadas.
La vacunación de varones no tuvo impacto sobre la concepción.
No vacunados: 432 (18%) de sus parejas se quedaron embarazadas.
Una dosis de la vacuna: 408 (16%) de sus parejas se quedaron embarazadas.
Dos dosis de la vacuna: 352 (16%) de sus parejas se quedaron embarazadas.
La infección por SARS-CoV-2 no tuvo impacto en la concepción.
Nunca infectadas: 1130 (18%) se quedaron embarazadas.
Infectadas alguna vez: 85% (18%) se quedaron embarazadas.
La infección de los varones por SARS-CoV-2 no tuvo impacto general en la concepción. Pero, de manera interesante, los varones que se infectaron en los 60 días previos tuvieron un 18% menos de probabilidad de concebir en ese ciclo. Aunque este resultado no fue estadísticamente significativo, es consistente con investigaciones previas que muestran que la infección por COVID19 afecta temporalmente a la fertilidad masculina. Por ejemplo, menor calidad del esperma, con morfología anormal, menor concentración, menor motilidad y aumento de la fragmentación del ADN(aquí, aquí, aquí, aquí).
Este estudio demostró que la concepción no se ve afectada por la vacunación de ningún miembro de la pareja, o por la infección previa de la mujer. Sin embargo, hay cada vez mayor evidencia científica de que la infección reciente en varones afecta a la concepción.
Ciclos menstruales
Otro estudio de referencia publicado hace dos semanas evaluaba si la vacunación frente al COVID19 producía cambios en el ciclo o la duración de la menstruación, comparado con no vacunadas. Los investigadores analizaron datos de una app de fertilidad–Natural Cycles– donde 3,959 personas estuvieron de acuerdo en compartir sus datos para investigación. Entre las vacunadas (2,403 personas) los científicos miraron los datos de 3 ciclos anteriores a la vacunación y de tres ciclos posteriores a la vacunación. Entre las no vacunadas (1.556), se recogieron datos de seis ciclos consecutivos.
La vacunación se asoció con menos de un día de cambio en la duración del ciclo.
De forma interesante, hubo mayor incremento en la duración del ciclo (~2 días más largo) entre 358 mujeres que recibieron las dos dosis de la vacuna dentro del mismo ciclo. En este grupo, la duración del ciclo se normalizó después de dos ciclos.
Este estudio nos enseña que, en general, solo hubo un cambio pequeño y transitorio en el ciclo menstrual de las mujeres debido a la vacuna. Este cambio fue más aparente entre aquellas mujeres que recibieron las dos dosis dentro del mismo ciclo menstrual. Este estudio confirma nuestra hipótesis: Como el sistema reproductivo está relacionado con los ovarios, la vacunación crea una respuesta inmune temporal (que queremos), y un efecto secundario temporal. Este fenómeno no está limitado a la vacuna contra la COVID19; también ocurre con las de la fiebre tifoidea, la hepatitis B, y el VPH.
Efectos a largo plazo
Ninguno de estos estudios puede sacar conclusiones a largo plazo sobre los efectos de la vacuna de la COVID19 en la fertilidad. Desgraciadamente estamos a merced del tiempo. Pero quiero dejar muy claro que no nos planteamos la hipótesis de que esto vaya a pasar. Hay sólo dos formas posibles en las que una vacuna podría afectar la fertilidad a largo plazo y ya hemos visto que esos caminos no son posibles.
Ingredientes de las vacunas. El perfil de seguridad de los ingredientes está bien establecido. Todas las reacciones alérgicas ocurren de 15-30 minutos después de la vacunación. Además, el ARNm se degrada en 72 horas. De hecho, esta es una de las razones por las que no obtuvimos una vacuna de ARNm más rápido– el ARN se degrada tan rápidamente que se necesitaba encontrar un buen transportador para ello. Para la vacuna de COVID19 encontramos que las burbujas de grasa funcionan muy bien para llevar el ARN. Las burbujas de grasa se degradan en 4 días. Los ingredientes de las vacunas no se quedan merodeando por nuestro cuerpo por décadas; dan las instrucciones y se van.
Respuesta inmune a la vacuna. La fase inmune inicial (llamada fase innata), que produce efectos secundarios como fiebre o escalofríos, sólo ocurre a lo largo de unos días. Entonces nuestro sistema inmune pasa a la fase adaptativa, que lleva varias semanas. A partir de ahí, las concentraciones de anticuerpos disminuyen lentamente a lo largo del tiempo y el riesgo de complicaciones severas por la inmunización desciende drásticamente. Es por esto que en la historia de las vacunas, ningún efecto a largo plazo se ha identificado después de ~8-10 semanas posvacunación. Como población, hace tiempo que hemos pasado este margen de semanas con las vacunas anti-COVID.
En resumidas cuentas: No hay evidencia de que las vacunas contra la COVID19 afecten a ningún aspecto de la reproducción y la función sexual. Sin embargo, sí que tenemos evidencia creciente de que la infección por el COVID19 las afecta, especialmente en los varones. Y, una vez que la gente se queda embarazada, hay consecuencias nefastas si no se está vacunada.
Love, YLE
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