Las disparidades en vacunación han empeorado tras la emergencia
Comienzan a llegar datos sobre las desigualdades en la vacunación de Covid-19 este otoño. Y no son bonitos.
Acceso. Costo. Alcance. Educación. Todo esto cambió cuando terminó la emergencia federal en mayo. Las vacunas ya no son adquiridas ni distribuidas por el gobierno, y los fondos para apoyar las campañas de vacunación se han agotado. Esto significa que los Estados Unidos, una vez más, hacen frente a sistemas de salud y salud pública privatizados y fragmentados, como en prepandemia. Y una podría argumentar que es un sistema aún peor, dada la pérdida de confianza.
Lamentablemente, nuestras comunidades sienten esto de manera desproporcionada.
Ampliemos la perspectiva: EE.UU. vs Reino Unido
Las tasas de vacunación de Covid-19 en Estados Unidos este otoño son, en general, pésimas. Esto es especialmente evidente cuando lo comparamos con países homólogos como el Reino Unido, donde el 68% de las personas mayores de 65 años están vacunadas (en comparación con el 31% en EE. UU.).
Enfoquémonos: Desigualdades dentro de los EE. UU.
Dentro de los EE. UU., las tasas de vacunación no están distribuidas de manera equitativa. Las disparidades eran evidentes el otoño pasado y continúan este otoño:
Raza y etnicidad. Las comunidades de color siguen teniendo tasas de vacunación mucho más bajas. Vemos esto en todo tipo de datos: nacionales, estatales (p.ej., California) y local (p.ej., el condado de Marin en California). (Nota: Las fuentes de datos son muy diferentes. Por ejemplo, los CDC utilizan datos de encuestas, mientras que California utiliza registros de vacunación. Esto significa que no podemos hacer comparaciones como que California tiene tasas más bajas que todo EE. UU.)
Zonas rurales. Un análisis de los CDC la semana pasada encontró que los adultos en zonas rurales tenían menos probabilidad de haber recibido la vacuna de Covid-19 (10%) en comparación con los de áreas urbanas (15%) o suburbanas (14%).
Índice de Lugares Saludables (HPI, por sus siglas en inglés): En California, los condados se clasifican según un HPI: una medida de las condiciones que influyen en la salud, incluyendo la esperanza de vida, ingresos, educación, etc. Los condados con el HPI más alto (piense en ingresos altos) tienen tasas de vacunación 5,3 veces más altas que los condados con el HPI más bajo.
¿Están aumentando las disparidades después de la emergencia?
Sí.
Epidemiólogos en el condado de Marin han comenzado a investigar esta pregunta.
Primero, examinaron los datos de California para determinar las diferencias en las tasas de vacunación por raza y etnicidad entre el otoño pasado y este otoño. Las diferencias en las tasas de vacunación han aumentado entre los residentes latinos y blancos no hispanos (en adelante, "blancos") y entre los residentes afroamericanos/negros y blancos.
Luego, los epidemiólogos analizaron la aceptación de la vacuna este otoño entre aquellos que se vacunaron el otoño pasado, entre los residentes del condado de Marin. Esto mostraría si hay nuevas barreras para acceder a la vacuna de otoño para grupos marginados (en lugar de vacilación para vacunarse).
Encontraron una menor cobertura en el otoño de 2023 según el nivel de recursos habitual y la raza. Entre aquellos que se vacunaron el año pasado, la aceptación de la vacuna de este año fue del 45% en los residentes blancos, en comparación con solo el 18% en los residentes latinos y el 31% en los residentes negros, y las diferencias entre estos grupos fueron similares cuando se limitaron a aquellos de 60 años o más.
Esto señala nuevas barreras.
¿Por qué importa esto?
La brecha entre los residentes latinos y blancos que están completamente protegidos es más del doble de lo que era el año pasado. Lo mismo ocurre con los residentes afroamericanos/negros. Lo mismo ocurre con los residentes de bajos ingresos.
Esto significa dos cosas:
Aquellas personas que tienen más probabilidades de carecer de acceso a la atención médica tienen aún más probabilidades de infectarse y enfermarse gravemente una vez más.
La comercialización de las vacunas solo ha ampliado las brechas en el acceso y la aceptación. Esto es motivo de preocupación respecto a nuestro sistema de vacunación nacional cuando no estamos en una emergencia.
En resumidas cuentas
Cuando la salud de la nación está en juego, necesitamos que la salud pública asegure que nuestros recursos se distribuyan de manera justa y lleguen a aquellos que más lo necesitan. El "mercado" no hace esto de manera natural. De hecho, trabaja en contra de muchas de nuestras comunidades. Estas desigualdades continuarán a menos que realicemos cambios grandes y sistémicos. Uno esperaría que una pandemia sirviera para impulsar estos cambios, pero parece que estamos volviendo rápidamente a nuestras formas prepandémicas.
Love, YLE y el brillante equipo del Departamento de Salud del condado de Marin (los doctores Matt Willis, LeeAnn Prebil, y Pooja Mhatre.
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, es consultora senior para un gran número de organizaciones. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos.
Su Epidemiólogo Local está traducido al español por la Dra. Maria Zoco, MD, MPH—médico de familia, educadora, esposa y madre de cinco hijos. Trabaja en el departamento de medicina social de una universidad.