Resumen de dos semanas: Dinamarca, BA.2. y dosis de refuerzo.
¡Estoy de vuelta! Y me encuentro fenomenal. Gracias por su paciencia y por los miles de mensajes de ánimo y apoyo. Los he leído todos y me siento afortunada y orgullosa de la comunidad YLE que hemos construido a lo largo de los dos últimos años. También me he dado cuenta de que necesitaba este descanso más de lo que nadie se pueda imaginar. Pero, desgraciadamente, seguimos en pandemia, así que vuelvo al trabajo…
¿Qué ha pasado en las dos últimas semanas? La verdad es que mucho, pero creo que todo se puede organizar en tres grandes apartados: Dinamarca, BA.2, y dosis de refuerzo.
Dinamarca
Después de eludir la ola Ómicron sin saturar hospitales y con muy poca mortalidad inicialmente, Dinamarca decidió eliminar todas las medidas de mitigación a principios de febrero. Esta decisión se tomó a pesar de la extraordinaria y exponencial tasa de casos de COVID-19 en ese momento.
Aunque controvertida (y arriesgada), la normativa permitió al mundo ver en primera fila un experimento: ¿Son las tasas de vacunación de Dinamarca (el décimo país más vacunado y el cuarto con más dosis de refuerzo del mundo, lo que equivale a una tasa de vacunación con serie primaria del 83% y del 62% con la dosis de refuerzo) suficientemente altas para volver a la “normalidad” a pesar del aluvión masivo de casos?
Unas semanas después de eliminar las medidas de mitigación, los datos van llegando y las cifras son, extrañamente variadas.
Muchos se están fijando específicamente en el gráfico anterior de muertes….¿Se equivocó Dinamarca? Hay tres corrientes de opinión:
Algunos siguen apoyando la decisión de Dinamarca. Que las tasas de ingresos en UCI bajen o se estabilicen mientras las muertes aumentan es un patrón epidemiológico muy inusual. Generalmente, las dos tasas van en paralelo. Así que fue de ayuda que la Autoridad Sanitaria Danesa aclarase una salvedad importante: el recuento oficial de muertes en Dinamarca incluye a los que murieron “de COVID” y “con COVID”. Cuando las muertes se estratifican según la causa (vea la figura siguiente de un informe danés), la composición de la mortalidad en la ola actual es muy diferente a la de olas previas. No obstante, algunos piensan que la tasa de mortalidad “ de COVID-19” es ahora suficientemente baja para justificar retirar las medidas de salud pública.
Por otra parte, muchos creen que la normativa danesa fue un error. Una señal fiable de la severidad de la pandemia es el exceso de mortalidad, ya que elimina las interferencias de las definiciones de los casos. En el informe danés de esta semana, había un número considerablemente alto de exceso de muertes, particularmente entre aquellos de más de 85 años. Por desgracia esta estadística va con retraso, así que el exceso de mortalidad puede seguir aumentando también. Estos datos confirman que aunque haya una tasa elevada de vacunación, las personas vulnerables no tienen garantizada su protección en situaciones de transmisión comunitaria elevada. Las vacunas funcionan muy bien, pero no son perfectas.
La tercera corriente de pensamiento (que creo que es con la que me identifico) es que las tasas de vacunación juegan un papel fundamental, pero no son lo único que cuenta. Otros factores del país como la salud general, la distribución de edad, la fortaleza del sistema sanitario y la disponibilidad de una red de seguridad social han de tenerse en cuenta también. El país también tiene que decidir cuánta más mortalidad en exceso está dispuesto a aceptar moral y éticamente.
Y, los Estados Unidos no son Dinamarca. Los Estados Unidos actualmente están en un mísero puesto 64 en la lista de “vacunaciones completas” y en un puesto 54 en dosis de refuerzo en el mundo. Ahora mismo, 2.906 americanos mueren cada día, lo que continúa un absurdo aumento del exceso de muerte (vea el gráfico siguiente de The Guardian). También tenemos un sistema sanitario y de salud pública fragmentados sin prácticamente ninguna red de seguridad social. La conversación de cómo controlar y prepararse para este virus en los Estados Unidos es, sí, muy importante y muy necesaria. Abandonar todas las medidas de mitigación de salud pública para siempre no es una opción que probablemente vayamos a tener.
Este debate acerca de la política en salud pública es importante, ya que el público siempre tiene en mente: ¿Cuándo podemos volver a la normalidad? Pero lo primero que hay que reconocer es que tenemos un nuevo virus en nuestro repertorio y que no vamos a volver a la normalidad del 2019.
Cómo avanzar, sin embargo, es una pregunta legítima y una decisión que debe tomar cada país independientemente. Como el Dr. Mike Ryan dijo ayer en la conferencia de prensa de la OMS, “Si los países empiezan a repetir como loros lo que dice uno y otro, y a hacer lo que hizo éste o aquél, se van a meter en un gran problema”.
BA.2
En las últimas dos semanas también hemos conseguido más claridad científica en torno a BA.2. Como recordatorio, Ómicron (llamado BA.1) siguió mutando como se esperaba, pero uno de sus sublinajes (llamado BA.2) captó la atención de muchos científicos por presentar un número de mutaciones preocupantes. Desde mi última actualización, hemos aprendido lo siguiente de este linaje hermano:
Transmisibilidad. Ahora tenemos datos consistentes que demuestran que BA.2 supera a BA.1. Un estudio reciente encontró que la tasa de reproducción global de BA.2 era de R(t)=1.4 comparado con la de BA.1, con un R(t)=1.1. En Inglaterra, las tasa de ataque secundario en los hogares es también mayor: el 13.4% de los casos de BA.2 se transmiten dentro del hogar frente al 10.3% de BA.1. Todo esto indica que BA.2 va a ser muy pronto la variante dominante en todo el mundo.
Escape inmunológico. En un reciente estudio de laboratorio, el escape inmunológico de BA.2 y BA.1. era similar. En el mundo real, tenemos evidencia de que las dosis de refuerzo funcionan contra BA.2, pero justo como ocurre con BA.1, la protección contra la infección declina con el tiempo (vea la tabla siguiente en el informe de UK Health Security). Un estudio en hogares daneses encontró que la vacunación ayudó a proteger frente a la transmisión más para BA.2 que para BA.1. Así que las vacunas (y las dosis de refuerzo en particular) continúan funcionando contra BA.2, lo que no sorprende, pero son buenas noticias.
¿Qué ocurre con la inmunidad inducida por la infección? Un preprint reciente en Dinamarca encontró que la reinfección por BA.2 después de BA.1 era rara, pero mucho más común entre no vacunados comparado con vacunados: De 47 reinfecciones, el 89% eran no vacunados y 6% tenían solamente la serie primaria. Ninguno de los reinfectados ingresaron en el hospital, independientemente de su estado de vacunación.
Severidad. Tenemos datos contradictorios de si BA.2 induce enfermedad más severa que BA. 1. Un reciente estudio de laboratorio en Japón encontró que BA.2 es más severo en hamsters. Los modelos con Hamsters nos han ayudado mucho en el pasado, pero ciertamente tienen limitaciones también así que hay que emparejar estudios de laboratorio con estudios en el mundo real. Sudáfrica acaba de publicar un preprint con datos del mundo real que muestra que BA.2 se asocia con un riesgo similar de hospitalización que BA.1. Como los hamsters no son personas, y el laboratorio no es el mundo real, tiendo a confiar más en los datos de Sudáfrica, pero definitivamente hay que esperar a los datos de otros países para confirmar esto.
Teniendo todo lo anterior en cuenta, pensamos que BA.2 extendería la ola Ómicron. Muchos países, como Sudáfrica, sí vieron esta extensión brevemente, pero BA.2 no produjo un gran ascenso de los casos. Lo que obviamente son muy buenas noticias.
Fuente: Tom Wenseleers SourceAquí
¿Otra dosis de refuerzo?
Durante las dos últimas semanas se han generado conversaciones acerca de la necesidad de otra dosis de refuerzo. En principio, creo que lo que ha desencadenado este debate es un reciente estudio en los Estados Unidos publicado en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR). Este estudio analizó datos de una red de hospitales en 10 estados desde el 26 de agosto de 2021 al 22 de enero de 2022. Los científicos quisieron evaluar la eficacia de las vacunas ARNm (VE) frente a hospitalizaciones en el tiempo. ¿Qué encontraron?
Dos dosis: VE era del 93% < 2 meses de la dosis de refuerzo→ VE era del 80% > 4 meses después de la dosis de refuerzo
3 dosis: 95% de VE < 2 meses de la dosis de refuerzo → 81% > 4 meses después de la dosis de refuerzo.
Este estudio mostró que la eficacia de las vacunas frente a enfermedad severa disminuye con el tiempo independientemente de que sean dos o tres series de vacunación. ¿Es esto una señal de que la dosis de refuerzo no solidifica la eficacia a largo plazo como esperábamos? Quizás. Pero como cualquier estudio, tiene sus limitaciones. Una de ellas es que los datos no estaban estratificados por edad. Por ejemplo, los mayores de 65 años o aquellos con comorbilidades puede que estén contribuyendo de forma significativa al declive. Si éste es el caso, las implicaciones de este estudio son muy distintas de la necesidad de una norma amplia para una cuarta dosis a todo el mundo. La muestra del estudio era también muy pequeña: solo 39 personas en el estudio habían recibido la dosis de refuerzo hacía más de 4 meses. Dada esta muestra pequeña, las estadísticas son inciertas. Realmente necesitamos una muestra mayor para saber si realmente hay señales de declive en la inmunidad. Esto es especialmente importante porque estamos encontrando una historia muy diferente de las dosis de refuerzo en otros dos estudios…
Kaiser Permanente publicó un estudio esta semana en Nature financiado por Moderna. Kaiser tiene una base de datos increíblemente extensa dado su sistema sanitario cerrado, lo que hace factible un estudio con esta gran población.
La protección frente a la infección disminuye, independientemente de las estadísticas de dosis de refuerzo. Esto no sorprende y es otro indicador de que realmente nos tenemos que enfocar en evitar enfermedad severa más que la infección en sí.
Durante Delta, VE (eficacia de la vacuna) de dos y tres dosis frente a hospitalización fue ≥99%.
Durante Ómicron, VE de dos y tres dosis contra hospitalización fue de 84.5% y 99.2% respectivamente.
Los cuatro individuos hospitalizados por Ómicron a pesar de tres dosis de vacuna ARNm tenían más de 60 años, enfermedades crónicas y uno de ellos también era inmunodeprimido. (¡las personas inmunodeprimidas realmente deben de ponerse la cuarta dosis!
El número de personas hospitalizadas con dosis de refuerzo fue tan baja que los investigadores no fueron capaces de medir ningún declive posible.
Así que este estudio demuestra que las vacunas y las dosis de refuerzo funcionan increíblemente bien contra la enfermedad severa. Aunque también este estudio tiene sus limitaciones. Por ejemplo, hubo un seguimiento limitado, y una muestra limitada para valorar el declive de la protección de las vacunas frente a la enfermedad severa. Además se trata de población con seguro médico, lo que no representa a toda la población de los Estados Unidos.
Además del estudio de Kaiser, las estadísticas del Reino Unido siguen demostrando que la tercera dosis de vacuna ARNm continúa protegiendo maravillosamente de la hospitalización. Pero, solo presentan 14 semanas de seguimiento después de la dosis de refuerzo, así que estamos a merced del tiempo para ver si la eficacia de las dosis de refuerzo disminuye como la de las series primarias.
Así que, ¿Necesitamos otra dosis de refuerzo ahora mismo? No. ¿Necesitaremos otra dosis pronto? ¿Alguna vez? Nadie lo sabe. Esa decisión dependerá de la duración de la protección, y de cómo la protección cambie según el trabajo, la edad, la salud, y probablemente el factor más importante, según el virus siga mutando.
En resumidas cuentas:
Dinamarca nos está proporcionando un experimento natural, pero Estados Unidos no es Dinamarca. No tenemos ni el sistema de seguridad social ni la pared inmunitaria necesarios para abandonar todas las medidas de salud pública de una vez y para siempre. BA.2 es algo que seguir vigilando, pero no estoy muy preocupada. Estoy más preocupada por alguna variante que pueda surgir de la nada como lo hizo Ómicron. La historia con las dosis de refuerzo seguirá evolucionando mientras la pandemia siga evolucionando.
Love, YLE