Salud mental y redes sociales en adolescentes
Este artículo contiene información sensible, incluyendo el suicidio. Si necesita ayuda, hay gran cantidad de recursos en la página web de la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis, que incluye un chat anónimo y una línea directa 1-888-628-9454 .
El tema de cómo proteger a los jóvenes de los efectos adversos de las redes sociales para su salud mental está presente ampliamente en los titulares de los medios de comunicación, en las conversaciones en comidas familiares y en las leyes que se discuten a nivel estatal y federal.
¿Es la crisis de salud mental en adolescentes un hecho real?
En general, si. Las tasas de enfermedades de salud mental han aumentado continuamente entre la gente joven en los últimos 15 años, independientemente de cómo se mida:
En 2021, el 42% de los estudiantes de educación secundaria (high school) en EE.UU reportaron “sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza”, comparado con un 28% en 2011. Un aumento que ha sido especialmente marcado entre chicas.
Según las medidas de diagnóstico (entrevistas estructuradas por profesionales cualificados), la depresión ha aumentado un 7.7% en adolescentes de Estados Unidos, de 2009 a 2019 (un 12% entre chicas).
En los certificados de muertes en Estados Unidos, las tasas de suicidios entre jóvenes de 10-14 años aumentaron un 139% para las chicas y un 70% para los chicos desde 2012. Aunque este es un dato difícil de interpretar dadas las tasas bajas de inicio para chicas.
Las tendencias están aumentando rápidamente entre adolescentes. Pero, para dar perspectiva, las tasas de suicidio entre adultos son significativamente más altas.
¿Se debe este aumento a las redes sociales?
Los adolescentes usan las redes sociales. Mucho. Prácticamente, 1 de cada 5 adolescentes usan YouTube “casi constantemente”. Cerca de la mitad de los adolescentes usan TikTok (48%) y Snapchat (44%) varias veces al día. Y el total de horas de uso ha aumentado en los últimos años entre adolescentes.
Aunque el uso de redes sociales no necesariamente equivale a problemas de salud mental. Correlación no siempre equivale a causalidad. Y, para complicar aún más las cosas, las redes sociales tienen perjuicios y beneficios.
Daños de las redes sociales
Tenemos muchos datos de evidencia de correlación, y algunos–pero no muchos–de evidencia causal de los daños de las redes sociales en la salud mental de adolescentes.
Los estudios de correlación preguntan a los adolescentes cuánto tiempo pasan en redes sociales, y les hacen preguntas de salud mental. En general, estos apuntan a débiles, pero significativas correlaciones relevantes entre el uso de redes sociales y un menor bienestar de los adolescentes.
En términos de evidencia causal, tenemos dos tipos de estudios:
Algunos estudios que asignaron a la gente (tanto adultos como adolescentes) a dos grupos de forma aleatoria; uno que dejaba de usar las redes sociales, y otro que no, y se evaluaba su bienestar. Los resultados de estos estudios son diversos. La variabilidad parece depender de los detalles del diseño: ¿Por cuánto tiempo dejaron de usar las redes? ¿Se “desintoxicaron” del todo o solo redujeron el tiempo que pasaban en ellas? ¿Para qué usan las redes sociales?
Otros estudios se han beneficiado de las circunstancias que ocurren de forma natural en el mundo para simular un diseño experimental. En un estudio miraron en qué momento se introdujo Facebook en distintos campus universitarios (algo que variaba aleatoriamente) y se encontró que tras la introducción de Facebook, las tasas de problemas de salud mental aumentaban. En otros pocos estudios (como este y este) observaron la introducción de internet de alta velocidad en distintas áreas y encontraron asociaciones con una salud mental más pobre después de la introducción de internet. En general, estos estudios no abordaban específicamente las redes sociales.
Beneficios de las redes sociales
Compitiendo con estos resultados están los estudios que muestran que las redes sociales también ofrecen beneficios para la salud mental. Los adolescentes reportan que las redes sociales son importantes para:
Ayudarles a estar conectados con sus amigos
Conocer a personas con intereses similares
Explorar sus propios intereses
Aprender
Descubrir
Estos beneficios pueden ser especialmente importantes para aquellos más vulnerables socialmente en sus vidas fuera de las redes, como la juventud LGBTQ+.
¿Qué más puede explicarlo?
Valorar la causalidad implica comprender qué otros factores pueden explicar también el aumento de enfermedades mentales entre los adolescentes. Se han propuesto unas pocas alternativas:
El aumento de la desigualdad económica
Las guerras
La violencia y el acceso a las armas (suicidios)
Crisis económica global
Desigualdades raciales
Presiones sociales y académicas
Puntos de vista políticos sobre hechos actuales
La crisis de los opiáceos
Narrativas de escasa ayuda a la salud mental
Por supuesto, muchas de estas explicaciones pueden estar interrelacionadas y ser amplificadas por las redes sociales, pero la realidad es que no podemos culpar solo a las redes sociales. La salud mental es complicada y es poco probable que haya una única y sencilla explicación para un fenómeno de gran escala como este.
Por lo tanto, ¿qué podemos hacer?
Tenemos varias opciones:
Opción 1: No hacer nada hasta que la investigación científica llegue a conclusiones sólidas antes de tomar acciones legales. Lamentablemente, esto requiere una “carga de la prueba” que rara vez se establece en investigación psicológica. En este caso, una pequeña evidencia de que sea perjudicial, aunque imperfecta, debería ser suficiente para impulsar el cambio.
Opción 2: Hacer que se ocupen los padres. Los padres desempeñan un papel muy importante en la relación de sus adolescentes con las redes sociales–la evidencia apoya la implicación activa de los padres en la vida digital de sus hijos, mediante conversaciones, establecimiento razonable de límites y vigilancia apropiada. Pero ¿pueden o deben hacerlo solos? Si se implementan políticas a gran escala que creen plataformas de redes sociales más seguras, las desventajas individuales se minimizan.
Opción 3: Prohibir el uso de redes a los menores. Ningún estado las ha prohibido entre menores todavía, pero las leyes federales están contemplando esta opción. Esta opción limitaría el acceso a sus beneficios, y limitaría igualmente la oportunidad de practicar un uso seguro y saludable de redes sociales antes de alcanzar la edad adulta.
Opción 4: Poner en marcha protecciones razonables. Las redes sociales se parecen más a los coches que a las drogas. Queremos que haya protecciones (cinturones de seguridad, airbags, permisos de conducción), pero no una prohibición completa que iría demasiado lejos. Algunas opciones incluyen: subir la edad mínima de 13 a 15 o 16; requerir algún tipo de verificación de la edad; limitar las recomendaciones de contenido dañino o problemático; limitar el tiempo total de uso (por ejemplo, con “pausas” forzadas, o límites del tiempo de uso); y limitando los anuncios dirigidos.
En resumidas cuentas
Tenemos alguna evidencia de que las redes sociales juegan un cierto papel en la crisis de salud mental, pero la evidencia no es definitiva. De hecho, las redes sociales también tienen una función positiva. Es altamente improbable que las redes sociales sean la única causa de los problemas de salud mental en los niños. Indudablemente, podemos tomar medidas para hacer de las redes sociales un lugar más saludable, pero si realmente queremos apoyar la salud mental de los adolescentes, eso sería solo el comienzo.
Love, YLE y JN
La Dra. Jacqueline Nesi es psicóloga clínica, investigadora de la Universidad de Brown y mamá de un bebé. Escribe el blog Techno Sapiens sobre psicología, tecnología y crianza de los hijos basada en la evidencia.
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, trabaja en un comité de expertos en política sanitaria y es consultora para un número de organizaciones, incluyendo los CDC. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos. Este boletín informativo es gratis gracias al apoyo generoso de los miembros de la comunidad YLE. Para contribuir a este esfuerzo, por favor suscríbase aquí.