Tenga cuidado al comparar Estados Unidos con otros países
Post escrito en colaboración con el Dr. Gavin Yamey
En las últimas semanas, algunos se han apresurado a criticar las políticas sanitarias de los EE.UU apuntando a decisiones hechas en otros países.
Por ejemplo, EE.UU ha hecho una recomendación muy amplia para la vacuna de COVID-19 este otoño, mientras que en el Reino Unido la recomendación está más dirigida a grupos específicos. Esta conversación se traslada a las vacunas de la gripe, el aislamiento por COVID-19 y las políticas de pruebas diagnósticas, donde existen contrastes similares.
Es justo preguntarse por qué. Todos somos países de ingresos altos. Todos tenemos las mismas vacunas. Todos estamos mirando a los mismos datos. ¿Cómo pueden los oficiales de salud pública llegar a conclusiones diferentes en los distintos países?
Una palabra: el panorama.
El panorama de salud es completamente distinto de un país a otro. Por ello, deberíamos esperar que las decisiones de política sanitaria varíen de país a país. La forma en que afrontamos las amenazas a la salud a nivel de población serán distintas porque las implicaciones de esas amenazas son distintas.
El sistema de salud de los EE.UU es inferior
El sistema sanitario de EE.UU es difícil de acceder, tiene una pobre eficiencia administrativa, y carece de equidad. En 2021, la organización Commonwealth Fund comparó los sistemas de salud de 11 países de ingresos altos, usando medidas como acceso a cuidados médicos, equidad y resultados de salud. El sistema de salud de EE.UU quedó en la última posición, el 11 de un total de 11.
Esto quiere decir que si alguien se pone enfermo, es difícil conseguir ayuda. Como hemos visto durante la pandemia, es más difícil para unos grupos que otros. Esto quiere decir que en Estados Unidos hay que esforzarse aún más que en otros países para prevenir enfermedades infecciosas y sus pobres resultados, incluidos hospitalización y muerte.
El seguro médico en EE.UU es en su mayoría voluntario
Incluso cuando se consigue un médico, los estadounidenses se enfrentan a un mosaico de coberturas para pagar el coste. Esto se diferencia de otros países de ingresos altos como se muestra a continuación.
Lo que significa que es necesario lanzar una red más grande, que alcance a toda la población idealmente, cuando se trata de proporcionar intervenciones de bajo coste, como vacunas, para que evitemos en primer lugar que la gente necesite ir al médico.
Los CDC estiman que la vacunación universal de COVID-19, comparada con poner la vacuna solo a los de 65 años o más, prevendrá una cantidad adicional de 200.000 hospitalizaciones y 15.000 muertes.
Hay también diferencias significativas entre los países en cuanto a quién comprará las vacunas de COVID-19 este otoño:
EE.UU. Las recomendaciones de los CDC determinan quién paga por las vacunas. Al dar la recomendación universal ocurre lo siguiente:
Los seguros privados y los públicos (i.e., Medicaid y Medicare) compran vacunas para todos sus asegurados
El Programa Puente (Bridge Program) – una nueva colaboración público-privada de 1.1 billones — pagará por los adultos sin seguro
La vacuna se incluirá entre las vacunas del programa Vacunas para Niños (VFC, por sus siglas en inglés), financiado con fondos federales —un programa que ofrece vacunas “sin coste alguno a niños que de otra forma no serían vacunados por imposibilidad de pagar”.
Reino Unido tiene un sistema de pagador único financiado con los impuestos, así que han decidido no pagar la vacuna para todos, sino darla mejor a aquellos con alto riesgo de enfermedad severa, basándose en consideraciones coste-beneficio.
La capacidad del sistema de salud de EE.UU es más baja que la media
Tampoco tenemos mucho espacio para maniobrar en cuanto a capacidad hospitalaria. Commonwealth Fund encontró que EE.UU tiene 2.8 camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes, por debajo de la media de 4.3 de los países OCDE (Vea que Reino Unido también tiene poca capacidad).
Es decir, que necesitamos mantener a la gente fuera de los hospitales para dejar las camas disponibles para lo que no se puede prevenir. Antes de la pandemia, nuestros hospitales solían alcanzar la capacidad máxima con una mala temporada de gripe.
La red de protección social en EE.UU es inaceptable
Si alguien se pone enfermo en EE.UU, no existe el mismo nivel de apoyo que en naciones semejantes de altos ingresos.
Por ejemplo, no tenemos un sistema de bajas médicas garantizadas a nivel federal. Por tanto es más probable que la gente vaya al trabajo enferma y pueda contagiar virus. El Foro Internacional sobre Políticas de Empleo y Protección Social lo resumió muy bien en varios gráficos.
El nivel de salud en EE.UU es peor
En conjunto, los estadounidenses tienen peor salud que sus homólogos. En un estudio, tuvieron peores resultados de salud en los 16 parámetros considerados que sus homólogos ingleses. Esta cruda disparidad es especialmente relevante en enfermedades infecciosas como COVID-19 que exacerban problemas de salud subyacentes.
En las decisiones para este otoño, los CDC recalcaron que “la gran mayoría de la población de EE.UU tiene una enfermedad subyacente que le haría elegible en una recomendación basada en el riesgo”.
En resumidas cuentas
Los EE.UU tienen mucho menos margen de maniobra si lo hacen mal que otros países porque tenemos peor acceso a atención sanitaria, menos apoyos sociales, menos capacidad sanitaria y peor salud. Abarcar a más personas, como lo hace una recomendación universal de vacuna de COVID-19, es más necesario que en otros países.
Tenga esto en cuenta cuando compare unos países con otros.
Love, YLE y GY
El Dr. Gavin Yamey ostenta la cátedra Hymowitz de Salud Global en el Instituto de Salud Global de la Universidad de Duke, es catedrático de Políticas Públicas en la Escuela de Política Pública Duke Sandford y Director del Centro para el Impacto Político en la Salud Global de la Universidad de Duke.
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, es consultora senior para un gran número de organizaciones. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos.
Su Epidemiólogo Local está traducido al español por la Dra. Maria Zoco, MD, MPH—médico de familia, educadora, esposa y madre de cinco hijos. Trabaja en el departamento de medicina social de una universidad.