Una nueva variante: BA.2.86
Tenemos una nueva variante de COVID-19—BA.2.86—dando mucho de qué hablar incluso entre científicos habitualmente tranquilos, calmados y serenos.
Esto es lo que sabemos, lo que no sabemos y lo que probablemente va a pasar.
¿Qué está pasando?
SARS-CoV-2 sigue mutando.
Es algo que se espera porque es cómo los virus sobreviven. Aproximadamente, había un 20% de posibilidad de otro “evento tipo Ómicron” en 2023. Desde que Ómicron apareció en escena en noviembre de 2021, solo habíamos visto cambios incrementales que crearon un patrón en escalera (vea el panel A debajo). Es algo bueno—queríamos que Ómicron mutara de esta forma porque entonces podemos predecir hacia dónde va (para las vacunas, y nuestra inmunidad, por ejemplo).
Sin embargo, esta nueva variante—BA.2.86—no sigue el patrón en escalera. Tiene tantos cambios a la vez que parece que ha salido de la nada (como en el panel B anterior). El virus probablemente mutó con el tiempo en un individuo inmunodeprimido y de ahí salto a otras personas.
¿Por qué hay preocupación?
Hasta el momento, solo hemos visto 7 casos en 4 países. Normalmente, esto no es suficiente para generar preocupación, pero hay algunos detalles que merece la pena destacar:
Mutaciones. La nueva variante tiene 35 mutaciones en la proteína espiga comparada con la variante circulante. (Prestamos atención a las mutaciones en la proteína espiga porque es la llave a nuestras células). Esto supone un cambio enorme de una sola vez; es un salto evolutivo tan grande como el de Wuhan →Ómicron.
Nivel de transmisión comunitaria. 6 de los casos no tienen historia de viaje reciente. (Y un caso en EE.UU era un viajero de Japón). Los casos identificados están ampliamente distribuidos geográficamente (Israel, Estados Unidos, Dinamarca y Reino Unido). Además estamos viendo BA.2.86 en las muestras de aguas residuales (sin que se corresponda con casos reportados). Todo ello apunta a la existencia de transmisión comunitaria no detectada—se está extendiendo.
Propagación rápida. Las 7 secuencias son muy parecidas, lo que significa que esta variante no ha tenido tiempo de cambiar. Es decir, se está extendiendo muy rápidamente.
¿Qué es lo que no sabemos?
Mucho.
La monitorización genética ha bajado en un 90%. A las bases de datos de COVID-19 solo se subieron 9.757 secuencias la semana pasada, en comparación a 137.878 secuencias durante la primera semana de Ómicron. Es decir, estamos buscando en la oscuridad.
A nivel inmunológico, llevará semanas entender lo que implican estas mutaciones, y lo que es más importante, lo que la combinación de las mutaciones significa. Algunos laboratorios, como los daneses, ya están trabajando en ello. Mientras tanto, podemos hacer una suposición informada:
Escape inmunológico. Un laboratorio estadounidense ha encontrado que BA.2.86 tiene 16 mutaciones conocidas que escapan de manera significativa nuestra primera línea de defensa, los anticuerpos. Es decir, que probablemente infectará a mucha gente independientemente de la inmunidad previa.
Severidad. No sabemos si es más severa que Ómicron o Delta, aunque probablemente tenga el mismo nivel de severidad. Esto se debe a que SARS-CoV-2 históricamente ha evolucionado para evadir los anticuerpos (nuestra primera línea de defensa), más que las células T (segunda línea de defensa), que nos protege principalmente de la enfermedad severa. .
Transmisibilidad. Hay un techo en cuanto al carácter contagioso de una variante, y es difícil imaginar que BA.2.86 se extienda mejor que Ómicron, pero aún no se ha descartado nada.
Desde el punto de vista epidemiológico, no sabemos aún si esto dará lugar a una ola; puede que sea un fiasco. Pero cuantos más casos haya, más probable será. Una vez más, volamos a ciegas. No tenemos datos de test diagnósticos ni de casos como hace dos años.
Hay buenas noticias
Se trata todavía de COVID-19. No estamos volviendo a marzo de 2020; nuestro sistema inmune aún reconocerá las variantes con muchas mutaciones, si bien no de forma óptima. Esto protegerá a muchos de nosotros de la enfermedad severa.
Podemos detectar BA.2.86 en una PCR. Normalmente, una muestra requiere de un laboratorio especial de secuenciación genómica para saber qué variante ha producido la infección. Sin embargo, B.2.86 produce una señal singular en la PCR directamente—cuando es positiva, enciende dos canales en vez de tres. Estos son grandes noticias porque quiere decir que podemos seguir la pista al virus mucho más fácil y rápidamente. Los CDC están haciendo esto ahora mismo.
Los científicos están al tanto. Aunque la mayor parte del público ya no está pendiente de ello, en salud pública se sigue trabajando al mismo ritmo. La OMS y los CDC anunciaron la semana pasada que están monitorizando esta variante. El Reino Unido publicó una estupenda evaluación del riesgo el viernes.
¿Qué va a pasar ahora?
Estamos a merced del tiempo para ver lo que esta variante hace. Al igual que con un huracán, no sabemos si se quedará en nada o se hará de categoría 5, o algo entre medias.
En cualquier caso, en las próximas semanas:
La OMS determinará si se trata de una variante de preocupación—la clasificación más alta de riesgo. Si es así, se le asignará una letra griega; la siguiente que toca es “Pi”.
Los científicos están activamente tratando de entender cómo reacciona nuestro sistema inmune a BA.2.86 y si esto afecta a los patrones en el “mundo real”. Sus resultados deberían estar disponibles en unas pocas semanas.
Los distintos fabricantes confirmarán si nuestras herramientas (como vacunas, Paxlovid y test de antígenos) funcionan (o no) frente a BA.2.86.
En resumidas cuentas
Tenemos una nueva variante en el horizonte. Estamos en un momento de calma, esperando a ver hacia dónde va el virus, y qué respuestas nos da la ciencia. Las cosas deberían aclararse en las próximas dos semanas.
Love, YLE
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, es consultora senior para un gran número de organizaciones. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos.
Su Epidemiólogo Local está traducido al español por la Dra. Maria Zoco, MD, MPH—médico de familia, educadora, esposa y madre de cinco hijos. Trabaja en el departamento de medicina social de una universidad.