Vitamina A y sarampión: lo que dicen los datos (y cómo hablar del tema).
RFJ jr y una nueva forma de negacionismo de la teoría de gérmenes
La semana pasada, el Secretario Kennedy apareció en las noticias nacionales vinculando el reciente brote de sarampión con la mala nutrición y salud y enfatizando el papel de la vitamina A en la prevención de muertes relacionadas con el sarampión.
¿Sacó esto de la nada? No del todo: hay algo de verdad en sus afirmaciones. Sin embargo, como suele hacer a menudo, omitió una parte crucial del contexto. Y cuando las falsedades se difunden desde una de las oficinas de salud más importantes del país, pueden tener consecuencias reales para las familias que intentan tomar decisiones informadas y basadas en evidencia.
Entonces, ¿qué sabemos sobre la vitamina A y el sarampión? Y, quizás más importante ¿por qué algunos tienden hacia la vitamina A en lugar de la vacuna triple vírica?
En pocas palabras: RFK Jr. ha exagerado enormemente el papel de la vitamina A en el sarampión dentro del contexto estadounidense, lo que puede tener consecuencias dramáticas. La vacuna contra el sarampión proporciona, con diferencia, la mejor protección. De todos modos, comprender por qué la gente cree en falsedades es crucial: es la clave para lograr un progreso real en este tipo de conversaciones.
La vitamina A es útil para los niños con deficiencia de vitamina A
Cuando se trata del sarampión, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la vitamina A para las personas que contraen la enfermedad. Pero hay una razón clave para ello.
La OMS presta servicios a 197 países, muchos de los cuales son naciones de ingresos bajos y medios donde la deficiencia de vitamina A es un importante problema de salud pública, particularmente entre los niños. En estas zonas, la deficiencia de vitamina A hace que el sarampión sea mucho más peligroso porque desempeña un papel crucial en la disfunción inmune, particularmente en las respuestas de las células T y la producción de anticuerpos.
La suplementación con vitamina A entre los niños con deficiencia reduce significativamente la mortalidad por sarampión:
Un metanálisis con más de 1 millón de niños en 19 países encontró que la suplementación con vitamina A reduce la mortalidad relacionada con el sarampión en un 12%.
Un análisis de ocho ensayos controlados aleatorios no encontraron ninguna reducción general de la mortalidad gracias a la vitamina A. Sin embargo, en tres estudios centrados en niños africanos menores de dos años, la suplementación con vitamina A redujo la mortalidad en un 79%.
Por lo tanto, y esto es importante, el contexto sí que importa.
El contexto estadounidense: beneficio mínimo, riesgos reales
Solo el 0,3% de la población estadounidense tiene deficiencia de vitamina A.
Si bien no contamos con datos a gran escala en EE. UU. porque el sarampión ahora es bastante raro gracias a la vacunación, estudios más pequeños de otros países de altos ingresos con niveles igualmente bajos de deficiencia de vitamina A sugieren que la vitamina A no supone una gran diferencia para el sarampión:
Un estudio de pacientes hospitalizados con sarampión en Italia no encontró ningún efecto del tratamiento con vitamina A en los resultados.
Un estudio en Japón encontró que la suplementación con vitamina A no reducía el riesgo de neumonía en pacientes con sarampión, aunque sí acortaba ligeramente la duración de la tos y la fiebre.
También tenemos un estudio de caso durante un gran brote de sarampión en Samoa. Todos los pacientes recibieron vitamina A, pero aún así hubo 89 muertes.
Hay algunos datos que sugieren que los niveles de vitamina A pueden disminuir durante una infección de sarampión, lo que explica en parte por qué los médicos en los EE. UU. a menudo administran vitamina A a niños con sarampión grave que requieren hospitalización. Cuando se administra en dosis controladas bajo la supervisión de un médico, es una intervención de bajo riesgo, razón por la cual muchos médicos en Texas probablemente la están administrando a pacientes hospitalizados con sarampión en este momento y por la cual la OMS tiene una recomendación generalizada. Pero en Estados Unidos no está claro cuánto está ayudando realmente.
¿Por qué no todo el mundo toma vitamina A? Porque se puede sufrir una sobredosis.
Tomar suplementos de vitamina A tiene riesgos, especialmente para los niños. Dado que la vitamina A es una vitamina liposoluble, las cantidades excesivas no se pueden excretar fácilmente y pueden acumularse hasta niveles tóxicos. Esto puede dañar el hígado además de provocar otros problemas de salud.
Este riesgo se ve agravado por el hecho de que los suplementos en los EE. UU. no están bien regulados. A diferencia de los medicamentos que requieren una receta, la FDA no analiza la consistencia o pureza de los suplementos de vitamina A que se venden en tiendas como CVS, lo que significa que la dosis real de vitamina A en cada píldora puede variar.
La vitamina A no previene el sarampión
Otro peligro es que los padres puedan malinterpretar esta información, pensando que la vitamina A puede prevenir el sarampión (no puede), y dársela a sus hijos innecesariamente (lo que puede provocar toxicidad).
Mientras que los suplementos de vitamina A pueden reducir la mortalidad en los casos de sarampión entre los niños con deficiencia de vitamina A, lo que esta vitamina no hace es:
Prevenir la infección
Prevenir complicaciones a largo plazo como pérdida de audición o panencefalitis esclerosante subaguda (una enfermedad cerebral rara pero mortal), que puede causar el sarampión.
La única intervención que previene el sarampión, es la vacuna contra el sarampión. Punto.
Detrás del rumor: por qué la gente prefiere las vitaminas en lugar de la vacunación
La acogida de la vitamina A por parte de RFK Jr. y su sugerencia de que la mala alimentación y el ejercicio sean los culpables de las complicaciones del sarampión no es ninguna sorpresa. Sus puntos de vista se alinean con una forma más sutil de negación de la teoría de los gérmenes, descrita en su libro reciente, que ha ganado fuerza en la cultura popular.
Esta perspectiva no niega rotundamente la existencia de gérmenes, pero sostiene que las personas sólo se vuelven vulnerables a las enfermedades infecciosas cuando sus sistemas inmunológicos están debilitados por una mala nutrición o toxinas ambientales. Sigue la misma lógica que la “falacia de la comorbilidad”: la idea de que las muertes por Covid-19 no fueron realmente causadas por el virus sino por condiciones de salud subyacentes, una mala alimentación o la falta de ejercicio.
Esta creencia es particularmente complicada porque las condiciones de salud subyacentes y la mala alimentación pueden impactar el funcionamiento inmunológico. Tomar una dieta equilibrada y rica en nutrientes es una de las mejores cosas que una persona puede hacer para apoyar su salud. Sin embargo, la dieta por sí sola nunca nos protegerá completamente de todas las enfermedades. La inmunidad es compleja y depende de un equilibrio de muchos factores. Incluso la persona más sana puede morir a causa de una enfermedad infecciosa.
Sin embargo, esta creencia se ha vuelto extremadamente popular porque:
Da a las personas una sensación de control. El miedo a una enfermedad infecciosa invisible es real y poderoso, y la exposición a gérmenes a menudo está fuera de nuestro control. La idea de que la dieta y el ejercicio pueden servir como escudo personal es profundamente reconfortante.
Permite a las personas eludir el sistema de salud. Para quienes desconfían del sistema sanitario o no pueden acceder a él por falta de seguro (o ambas cosas), depender de la dieta y los suplementos parece una forma de hacerse cargo de su salud sin necesidad de una prescripción médica.
Apela a nuestro amor por la naturaleza. Hay muchas cosas maravillosas (y medicinas) que provienen de la naturaleza, y la “vida natural” es un sistema de valores que mucha gente aprecia.
Para comunicar eficazmente sobre la vitamina A y el sarampión, debemos reconocer que los gráficos y los hechos por sí solos no harán cambiar de opinión. Si bien la evidencia es esencial, la gravitación de las personas hacia los remedios y suplementos naturales a menudo está impulsada por valores profundamente arraigados, la desconfianza en la atención médica, la falta de acceso a una atención médica confiable y el deseo muy humano de controlar nuestra propia salud. La gran mayoría de las personas realmente quieren lo mejor para sus hijos, y si simplemente les presentamos más datos sin comprender sus motivaciones, la conversación no llegará muy lejos.
En resumidas cuentas
La vitamina A puede ayudar a tratar el sarampión en niños con deficiencia de vitamina A, pero el beneficio para los niños en los EE. UU. es mucho menos claro. La vacunación es, con diferencia, la mejor manera de prevenir el sarampión, pero cuando hablemos sobre ello, recuerde que los hechos por sí solos a menudo no hacen cambiar de opinión: reconocer y conectar con los valores que subyacen las decisiones de salud de las personas es un mejor enfoque.
Love, YLE y KP
Your Local Epidemiologist (YLE, Su Epidemiólogo Local) está fundada y operada por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH PhD, epidemióloga, esposa y madre de dos niñas pequeñas. YLE llega a más de 280.000 personas en más de 132 países y cuenta con un equipo de 11 personas cuyo objetivo principal es "traducir" la ciencia de la salud pública en constante evolución para que las personas estén bien equipadas para tomar decisiones basadas en la evidencia.
Kristen Panthagani, MD, PhD es médico de urgencias en Yale. En su tiempo libre, es la credora del blog médico You Can Know Things. Una versión previa de este post se publicó ahí. Puede suscribirse a su blog aquí.
La versión en español está preparada y traducida por Maria Zoco y Andrea Tamayo, del equipo YLE. Este boletín es gratuito para todos, gracias al generoso apoyo de otros miembros de la comunidad YLE. Para apoyar el esfuerzo, suscríbase o actualice su suscripción a una de pago: