¿Cómo se presenta el otoño/invierno?
La temporada de otoño/invierno siempre conlleva más enfermedades respiratorias—cambia el tiempo, la gente se reúne en casas, y cambian los contactos sociales (empiezan los colegios y la época de festividades). Sin embargo, en los últimos cuatro años hemos visto patrones muy inusuales.
Esto hace que sea una locura predecir qué va a pasar este año, pero voy a morder el anzuelo e intentarlo.
¿Por qué es un reto hacer predicciones?
Tres factores principales:
Muchos científicos están de acuerdo con que SARS-CoV-2 todavía no se ha asentado en un patrón estacional predecible. BA.2.86 es un ejemplo excelente.
El cambio del comportamiento humano. El panorama inmunitario cambiante, herramientas nuevas y mejoradas y la fatiga pandémica han supuesto el cambio drástico del comportamiento humano de temporada en temporada, como les resumo en la siguiente tabla. El comportamiento humano influye en los patrones virales.
Comportamiento viral desconcertante. El momento de otros virus parece estar fuera de lugar. Una hipótesis es la interacción de virus a virus—-un virus domina, después disminuye y empieza la ola de otro virus debido a la inmunidad a nivel de población frente al primer virus. Por ejemplo, el año pasado nos preocupaba la tripledemia–los tres virus alcanzando el pico de casos a la vez y desbordando los hospitales. Pero de manera interesante vimos que no alcanzaron el pico a la vez, lo que ayudó muchísimo. (¿Interacción de virus a virus? Quizás–veremos qué pasa este año).
Aunque creo que esta temporada será la primera que tengamos una repetición en el comportamiento (excepto por la disponibilidad de la vacuna de VRS) y los tres virus presentes.
Así que mi predicción: los patrones de este año van a ser un reflejo, en términos generales, del año pasado.
¿Y qué ocurrió el año pasado?
El VRS llegó antes de lo habitual (alcanzando el pico a principios de noviembre) y de forma severa, particularmente entre los niños menores de 5 años. Nuestros hospitales pediátricos se vieron desbordados cuando menos.
La gripe también llegó antes de lo habitual, alcanzando el pico a mediados de noviembre. (Antes de la pandemia lo alcanzaba a mediados de enero). Pero la ola del año pasado alcanzó más o menos la misma altura que en temporadas prepandémicas.
COVID-19 tuvo un año moderado. Es decir, las hospitalizaciones no fueron tan malas como en años anteriores pero aún tuvo un impacto considerable.
Naturalmente, la presencia de BA.2.86 en escena complica las predicciones de otoño/invierno. El Centro de Simulación de COVID-19 —-8 equipos académicos repartidos por los Estados Unidos–hicieron proyecciones antes de que se identificara BA.2.86 pero tuvieron en cuenta este escenario:
Si BA.2.86 se dispara, veremos probablemente algo cercano al escenario F
Si BA.2.86 se queda en nada, veremos probablemente el escenario E
Lo que significa que deberíamos anticipar la pérdida de unos 55.000 (modelo optimista) a 450.000 (modelo pesimista) estadounidenses en los próximos dos años.
¿Qué ha pasado en el hemisferio sur?
El hemisferio norte cuenta con una ventaja para predecir las temporadas futuras de los virus–los datos del hemisferio sur. Su temporada de virus respiratorios ocurre antes que la nuestra, así que podemos mirar a su estación de invierno para predecir la nuestra.
La temporada de virus respiratorios del hemisferio sur este año ha sido muy parecida a la del año pasado:
En Sudamérica, el VRS ha producido olas enormes, justo como el año pasado.
Las hospitalizaciones por gripe en Australia fueron tan tempranas y casi tan altas como en 2022.
El exceso de muertes en Australia sigue elevado respecto a niveles prepandémicos.
En resumidas cuentas
No me sorprendería que en el hemisferio norte viéramos una repetición del año pasado: un VRS temprano, seguido por una gripe temprana y COVID-19 para terminar. Aunque naturalmente predecir patronos de un virus nuevo de solo 4 años es una locura.
En cualquier caso, sabemos que vienen los virus. La altura de sus olas depende considerablemente de cómo utilicemos las herramientas, como vacunas, ventilación, medicamentos y mascarillas. Consideremos usarlas.
Love, YLE
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, es consultora senior para un gran número de organizaciones. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos.
Su Epidemiólogo Local está traducido al español por la Dra. Maria Zoco, MD, MPH—médico de familia, educadora, esposa y madre de cinco hijos. Trabaja en el departamento de medicina social de una universidad.