El final de la Emergencia de Salud Pública y el cambio en los datos
Esta semana termina en EE.UU la Emergencia de Salud Pública (PHE, por sus siglas en inglés) por COVID-19. Esto implica muchas cosas, pero uno de los grandes cambios serán los datos—todos esos paneles y actualizaciones a los que nos hemos acostumbrado.
¿Por qué este cambio?
Es sistema de salud pública en EE.UU es complicado, y fundamentalmente, está descentralizado. Es decir, el gobierno federal (esto es, CDC, HHS) no son el “centro” del universo de la salud pública. La salud pública es local. El significado de “local” varía según el estado–en unos los departamentos de salud son estatales (como en Vermont), en otros hay uno por cada condado (como en Texas).
Por una parte, este sistema descentralizado es algo bueno. Hay una flexibilidad que permite a los departamentos de salud enfocarse en los problemas que son relevantes para sus poblaciones en sus contextos específicos. El abordaje de un problema de salud pública en Texas es distinto que en Vermont. Esto también significa que los departamentos de salud tienen total autonomía a la hora de decidir cómo recoger datos, qué datos obtener y lo que quieren comunicar.
Sin embargo, durante la emergencia nacional, este sistema descentralizado se convirtió en un gran problema. Era imposible averiguar qué demonios estaba pasando de forma oportuna, completa y consistente: ¿quién está en riesgo?, ¿cómo está cambiando el virus?, ¿cómo funcionan las vacunas?
Poco a poco, la declaración de emergencia ( PHE) intervino, obligando a los departamentos de salud a pasar datos a los CDC. Esto quiere decir que los datos de COVID-19 viajaron de los condados → Estado → CDC → a los paneles nacionales.
Como se pueden imaginar, hubo muchos lugares donde este flujo de información se rompió:
Los CDC tuvieron, literalmente, que crear y firmar Acuerdos de Uso de Datos (como un contrato) con cada entidad a nivel de condado–o estado– para ciertos datos. Esto llevó cerca de dos años.
La mayoría de los departamentos de salud no tenían ni los recursos, ni la plantilla, ni la infraestructura, ni los conocimientos técnicos para recoger o reportar datos dada su complejidad. Algunos condados mandaron cada caso por fax.
La consistencia de los datos fue un problema dentro de cada estado y entre estados. ¿Están recogiendo, midiendo y reportando los mismos datos en El Paso que en Massachusetts? En breve, no.
Y encima de todo, la política. Incluso si los departamentos de salud tenían los datos, algunos Estados no los reportaron.
Con el tiempo, muchos problemas se suavizaron. Pero llevó muchísimo tiempo, recursos, coordinación y esfuerzo humano para llegar a donde estamos hoy.
El final de la emergencia (PHE) significa que el flujo de datos, desde los condados → hasta el nivel nacional ya no se requiere. Aunque esto no quiere decir que todo vaya a desaparecer.
Algunos departamentos de salud seguirán actualizando datos a nivel local;
Algunos departamentos de salud quieren seguir reportando datos a los CDC, aunque no sea requerido;
Los CDC tienen programas de monitorización centinelas– en una serie de lugares elegidos para monitorización intensiva. Esto nos permitirá saber las tendencias, pero no los casos.
¿Qué va a cambiar?
Lo que no cambia:
La monitorización de aguas residuales y la monitorización genómica seguirán funcionando, lo que nos permitirá hacer seguimiento de las variantes.
La obtención de datos de los departamentos de urgencias/emergencias que son uno de los mejores indicadores tempranos del nivel de transmisión a nivel estatal.
Lo que cambia un poco:
Los datos de hospitalizaciones seguirán hasta abril de 2024, pero cambiará la frecuencia con la que se reportan. Esto permitirá el seguimiento de la enfermedad severa.
Los datos de mortalidad seguirán en pie, pero la fuente de los datos va a cambiar.
Lo que cambia mucho:
Tasa de positividad de los tests–una de las medidas más tempranas de transmisión–dejará de ocurrir a nivel nacional, estatal o del condado. Los test negativos no se tienen que reportar. Aunque algunas farmacias aún lo harán.
Los casos no se van a contar. Lo que tiene sentido dado que se hacen las pruebas en casa.
La información sobre cobertura de vacunación será desigual. También cambiará la frecuencia de las actualizaciones.
¿Qué se puede hacer a nivel individual?
Los datos de niveles de transmisión de los CDC desaparecen. Empezando hoy, los CDC recomiendan usar los datos de hospitalizaciones para guiar su comportamiento. Si suben, póngase mascarilla.
No estoy de acuerdo con esto por varias razones. Sugiero que sigan las tendencias de aguas residuales locales o regionales. ( Y si suben, póngase una mascarilla).
¿Qué se puede hacer a nivel nacional?
De ahora en adelante, la clave está en prepararse para que este problema de datos no ocurra de nuevo durante una emergencia o cada invierno. Eso se consigue cambiando cómo se financia, planifica y coordina el sistema de salud pública.
Los CDC están dando dinero a los Estados para que modernicen su infraestructura de datos (dejar los faxes por ejemplo). Esta modernización, que puede parecer sencilla, es muy compleja, técnica y cara. Lamentablemente, ya hay algunos baches:
La financiación está dirigida a los estados, lo que deja a algunos departamentos de salud locales sin dinero para modernizarse.
Poca o ninguna coordinación. Incluso si los Estados o los departamentos locales de salud se modernizan, lo están haciendo según sus propias prioridades y sin ninguna guía.
En resumidas cuentas
El jueves habrá un cambio en los datos. No es que vayamos a volar a ciegas, pero tampoco será la mejor situación posible. Tenemos que averiguar cómo hacer las cosas para mantener el increíble trabajo que somos capaces de hacer, incluso cuando no estamos en una emergencia.
Love, YLE
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, trabaja en un comité de expertos en política sanitaria y es consultora para un número de organizaciones, incluyendo los CDC. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos. Este boletín informativo es gratis gracias al apoyo generoso de los miembros de la comunidad YLE. Para contribuir a este esfuerzo, por favor suscríbase aquí.