Otoño 2023: cobertura de vacunas y alcance a "positivos pasivos"
Nuestro artículo en Scientific American
Nos estamos acercando al final del mes de octubre con al menos 10 millones de estadounidenses habiendo recibido la vacuna actualizada de Covid-19. Esto equivale al 3%, aproximadamente, de la población elegible (solo el 7% de los residentes en residencias de mayores). Lo que está muy lejos de la cobertura vacunal de la gripe, al igual que el otoño pasado.
Para aquellos interesados en los detalles: ¿Sigue este año la tendencia del año pasado en cobertura de vacunación por Covid-19 también? Sí, como pueden ver en el gráfico anterior. Pero es como comparar manzanas con naranjas. Con el final de la emergencia de salud pública, los estados ya no necesitan reportar la aceptación de la vacuna a los CDC, aunque algunos aún lo hacen. Así que los números del 2023 están reducidos al mínimo. Los modelos que tienen esto en cuenta muestran que la vacunación de Covid-19 es más o menos la misma que el año pasado.
Y esto no es nada de lo qué presumir.
Cinco razones
Covid-19 es más transmisible, más severo, tiene más implicaciones a largo plazo, y es más impredecible que la gripe. Por lo tanto, ¿por qué la vacunación es mucho menor que la de la gripe?
Covid-19 circula todo el año, mientras que la gripe lo hace de forma estacional. Esto quiere decir que más o menos el 15% de la población se infectó por Covid-19 este verano y aún no necesitan la vacuna actualizada de otoño.
Debate sobre la elegibilidad. Hay debate sobre si los menores de 65 años “necesitan” la vacuna de Covid-19. Muchos médicos a los que valoro muchísimo (pero con los que no estoy de acuerdo) se muestran indecisos a la hora de recomendarla para todos. Esto no ocurre con la gripe.
Falta de acceso. El lanzamiento desigual de la vacuna este otoño está bien documentado. Incluso con la mejoría en la distribución, hay falta de acceso. Para algunas clínicas locales, la vacuna cuesta más de lo que pueden permitirse o están dispuestas a arriesgar desde el punto de vista financiero. Esto está dando lugar a graves desigualdades. El lugar más cercano para vacunar a mi hija pequeña está a 50 millas.
Fatiga. Nos han machacado para que nos pusiéramos las vacunas de Covid-19 los últimos tres años. La gente, simplemente, está cansada de escucharlo.
Falta de recursos. No hay ningún dinero federal para dedicarlo a una campaña de vacunación de Covid-19 en educación y alcance comunitario. Los departamentos de salud están solos igualmente. (El ciclo de pánico y negligencia es muy real en salud pública).
Por tanto, ¿que deberíamos hacer?
Todos nosotros—amigos, familia, vecinos, escuelas, farmacias, clínicas, departamentos de salud, empresas—necesitamos poner el foco en los “positivos pasivos”.
Este abordaje funciona con la donación de órganos. Deberíamos usarlo con las vacunas. Ya es hora de que hagamos uso de las ciencias del comportamiento para hacer que las vacunas lleguen a los brazos, tanto como usamos las ciencias del laboratorio para que las vacunas lleguen a los viales.
La semana pasada, colaboré en un artículo en Scientific American, junto a dos destacados psicólogos para escribir sobre el qué, cómo y por qué de los positivos pasivos. Mírelo AQUÍ.
En resumidas cuentas
Aumentar la confianza, el acceso y la aceptación de las vacunas requiere un abordaje con el esfuerzo y la participación de todos. Estamos agotados, pero el esfuerzo merece la pena–morirán menos personas, se perderán menos días de trabajo y escuela, y mejorará nuestra calidad de vida.
Love, YLE
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, es consultora senior para un gran número de organizaciones. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos.
Su Epidemiólogo Local está traducido al español por la Dra. Maria Zoco, MD, MPH—médico de familia, educadora, esposa y madre de cinco hijos. Trabaja en el departamento de medicina social de una universidad.