COVID-19 en China y la preocupación global
Tras la aparición de Ómicron, una variante de preocupación muy contagiosa, la mayor parte del mundo aceptó una estrategia de reducción de daños: vacunar al mayor número de personas posible y después ir levantando poco a poco los confinamientos. Esto funcionó decentemente como estrategia de salud pública en muchos países: redujo las muertes, minimizó el estrés en los sistemas sanitarios, mejoró la calidad de vida, la economía, etc.
Sin embargo, China sigue intentando una estrategia de COVID cero, con muchísimas restricciones en un intento de frenar toda transmisión posible. .
Aunque la estrategia de China tiene ventajas como la reducción de muertes, de las tasas de COVID persistente y de las oportunidades de nuevas mutaciones, tiene también importantes desventajas. Está claro que las medidas cada vez más estrictas no son capaces de contener la transmisión de variantes muy contagiosas, a la vez que suponen un coste cada vez mayor para la sociedad. Esta situación ha generado protestas por todo el país por frustración, enfado, descontento y desesperación.
Parece que COVID-19 está a punto de explotar en China. Están reportando cifras récord, con casi 40.000 infecciones nuevas cada día. La mayor preocupación es la inmunidad incompleta de China para enfrentar este tsunami de infección:
China tiene una población altamente vacunada; cerca del 90% tienen las series primarias. Esta cifra es más alta que la de Estados Unidos. Sin embargo, la calidad (y no solo la cantidad) de la vacuna es importante. China lanzó las vacunas Sinopharm y SinoVac, de virus inactivados, que no son muy eficaces frente a Ómicron.
Su tasa de dosis de refuerzo, y específicamente quién se la ha puesto es pésima. Por ejemplo, tan sólo el 30% de los mayores de 80 años tienen una dosis de refuerzo. Tenemos muchísima evidencia que demuestra la importancia de las dosis de refuerzo en los más vulnerables.
La inmunidad inducida por la infección es baja. Aunque prevenir infecciones es el camino más seguro, tenemos más de 30 estudios que demuestran el valor de la inmunidad híbrida (vacuna + infección) a la hora de construir una pared inmunitaria más compleja frente al virus.
Impacto
El invierno pasado fuimos testigos de lo que Ómicron podía hacer en una población con una pared inmunitaria incompleta; las tasas de mortalidad en Hong Kong se dispararon de forma vertical. Fue sencillamente un desastre.
¿Qué es lo que podría pasar por toda China? Una publicación científica en Nature Medicine predijo un paisaje desalentador a principios de este año. Simularon distintos escenarios cambiando las tasas de infección, de dosis de recuerdo, de eficacia de las vacunas, el uso de intervenciones no farmacológicas (mascarillas) y más. En conclusión, en un periodo de seis meses, China podría experimentar:
112,2 millones de casos sintomáticos
2,7 millones de admisiones en UCI, superando su capacidad de UCI en 15,6 veces.
1,55 millones de muertes, el 75% de ellas entre los mayores de 60 años.
¿Hay solución?
Desde el punto de vista de salud pública, no estoy segura de cómo esto pueda terminar bien para China porque no hay muchas salidas.
La mejor opción sería vacunar a la mayor cantidad de gente posible, especialmente adultos mayores, a través de una campaña de salud pública intensa y masiva. Han comenzado a hacer esto, pero es demasiado tarde. Idealmente, habría que usar vacunas ARNm. China tiene aproximadamente unas 10 vacunas ARNm en desarrollo, pero que yo sepa, ninguna está preparada para su lanzamiento. Mi esperanza es que echen mano de las vacunas americanas pronto, aunque esto sea poco probable. También podrían esperar a la segunda generación de vacunas que frenan la transmisión, aunque esto podría llevar mucho tiempo.
Una campaña de vacunación también tiene sus retos, principalmente la falta de confianza. Este gran artículo cuenta por qué China no ha impuesto mandatos de vacunación pese a haber impuesto otras medidas muy estrictas: una dramática resistencia social.
Japón ha publicado los resultados científicos del primer antiviral eficaz para personas que no son de alto riesgo. Yo combinaría su uso con Paxlovid, ventilación y mascarillas y confiaría en que todo pueda salir bien.
En conjunto, creo que la situación en China sobrepasa la salud pública. Es un tema de política, control, autonomía frente al Oeste, y mucho más, lo que hace que resolver el "problema de salud pública" sea aún más complicado.
Implicaciones globales
Deberíamos de estar muy preocupados por la gente de China. Además, esta situación tiene implicaciones globales.
Por ejemplo, podría tener un impacto en la economía. Hemos visto a lo largo de la pandemia que gente sana equivale a economía sana. Un brote masivo en China produciría un efecto en cascada en las economías, por ejemplo en las cadenas de suministro.
Esto también podría afectar a la evolución viral. Si COVID-19 se establece en China, poco se podrá hacer para frenar que el virus salte de persona a persona en una red de 1,4 billones de personas, aproximadamente el 20% de la población global. Algunas mutaciones surgen de la infección persistente en personas inmunodeprimidas (creemos que así se desarrolló Ómicron), pero cuanto más salta un virus, mayor oportunidad de mutar aleatoriamente. Así es como se originó Delta, por ejemplo.
Para añadir más leña al fuego, la monitorización global de COVID-19 ha bajado en un 90%. Así que si se produce una mutación, no vamos a saberlo con mucha antelación. De hecho, no sabemos que subvariante de Ómicron está produciendo el brote en China.
Con más de 500 variantes circulantes, estamos viendo más subvariantes de segunda generación que nunca. Están apareciendo de manera independiente por todo el mundo. Esto sugiere que podemos finalmente ver evoluciones con patrón en escalera, lo que serían buenas noticias, porque podríamos finalmente empezar a predecir hacia dónde va el virus, al igual que hacemos con la gripe y otros coronavirus. Dada la situación en China, espero que no veamos Pi, la siguiente variante de preocupación, pero existe la posibilidad.
En resumidas cuentas
China se ha metido en a una situación nefasta. Y todo lo que podemos hacer es ver cómo se desarrolla todo en las próximas semanas. Como hemos visto a lo largo de la pandemia, lo que pasa en un país puede afectar directamente a todos los demás.
Love, YLE
Tu Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, trabaja en un comité de expertos en política sanitaria y por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos. Este boletín informativo es gratis gracias al apoyo generoso de los miembros de la comunidad YLE. Para contribuir a este esfuerzo, por favor suscríbase aquí.