Dosis de refuerzo de otoño: actualización científica, tercera ronda.
Por fín nos llegan los datos que hemos estado esperando; los datos de eficacia en el mundo real de la vacuna bivalente con Ómicron (dosis de refuerzo de otoño). Me sorprende que esto no haya causado más sensación en las noticias de los últimos días. En cualquier caso, aquí están los resultados.
La ciencia hasta ahora
Como recordatorio, estas son las tres cosas que esperábamos de esta dosis de refuerzo:
Mayor protección frente a infección y transmisión, estimulando nuestra primera línea de defensa, los anticuerpos neutralizantes.
Protección más duradera frente a la infección y la enfermedad severa, incluso por unos pocos meses más, y
Protección más amplia, o la habilidad de crear anticuerpos capaces de “ver” más partes del virus y “unirse” más fuertemente a él, comparado con los anticuerpos que tenemos hasta ahora.
Tenemos unos 9 estudios de laboratorio que demuestran que estos tres objetivos se consiguen (vean mis actualizaciones previas aquí y aquí)
Sin embargo lo que pasa en un laboratorio no siempre se traslada al mundo real. Esto se debe a que el laboratorio es un escenario controlado, y en el mundo real interactúan la genética, el ambiente, la inmunidad compleja, el comportamiento humano, etc. Dependemos de los dos escenarios para tener una idea de la verdadera realidad.
Datos del mundo real
El viernes pasado, los CDC publicaron los primeros “datos del mundo real” sobre la eficacia de la vacuna bivalente. Su pregunta principal era: ¿Ofrece la dosis de refuerzo de otoño (de fórmula bivalente con Ómicron) protección adicional frente a la infección? Han comparado gente que se puso la dosis de refuerzo de otoño (la vacuna bivalente) + 1, 2, 3 o 4 dosis de la vacuna ARNm de la fórmula regular, con gente no vacunada.
Los científicos han usado datos de las farmacias – 360.626 tests hechos de septiembre a noviembre de 2022– para comparar cuánta gente tuvo un test positivo o negativo.
Esto es lo que encontraron:
La dosis de refuerzo de otoño ofrece protección adicional junto con la vacunación previa, comparado con no tener ninguna vacuna puesta.
Entre los de 18-49 años, la dosis de recuerdo mostró una eficacia del 42% frente a la infección.
Entre los de 50-64 años: 28% de eficacia frente a la infección.
En mayores de 65 años: 22% de eficacia frente a la infección.
La dosis de recuerdo de otoño produjo el mismo beneficio adicional independientemente del número de dosis previas de vacuna recibidas.
Cuánto mayor tiempo entre las dosis, mayor protección.
Entre los de 65 años o más, por ejemplo, la eficacia fue del 43% si se habían puesto la última dosis de vacuna ARNm hacía más de 8 meses, comparado con un 28% si se la habían puesto hacía dos meses.
En definitiva, este estudio ha encontrado que la dosis de recuerdo de otoño ayuda frente a la infección.
Los estudios del mundo real son imperfectos por naturaleza, especialmente en lugares como los Estados Unidos donde no tenemos un Sistema Nacional de Salud (ni infraestructura sólida de recogida de datos). Es desordenado e incompleto pero es nuestra realidad. En este estudio se usaron datos de pruebas diagnósticas en farmacias. Puede que el tipo de gente que va a una farmacia a hacerse una prueba sea distinta de aquéllos que eligen no ir a una farmacia para hacerse una prueba (y usan pruebas de antígenos en casa, o no se hacen ninguna prueba). Así que esto es lo mejor que tenemos ahora mismo.
Reflexiones
Estos resultados tienen sentido. Varios estudios de laboratorio han demostrado un aumento en los anticuerpos neutralizantes después de la dosis de recuerdo de otoño. De todas nuestras herramientas inmunitarias, los anticuerpos neutralizantes son los que actúan más rápido y frenan al virus antes de que comience a replicarse en nuestras células. Teníamos la corazonada de que las vacunas protegerían frente a la infección. Cuánto dure esta protección es una pregunta clave; estamos a merced del tiempo.
Espaciar las dosis de refuerzo. Más tiempo entre dosis prepara el sistema inmune. Hemos visto esto con otras vacunas. De hecho, esta es la razón por la que el Reino Unido recomendó oficialmente dejar pasar al menos 12 semanas entre dosis desde el comienzo de la pandemia. Si nos ponemos la dosis de refuerzo antes, no vamos a “desbordar” ni a “agotar” al sistema inmune, pero al espaciarlas obtenemos los mejores resultados. Sigo recomendando lo mismo que dije el mes pasado.
Algunos puede que estén decepcionados con estas cifras. Las vacunas no son 100% eficaces frente a la infección. La protección frente a infección es un beneficio añadido. Tengo muchas ganas de ver los resultados de la eficacia frente a enfermedad severa, que es el principal objetivo de las vacunas. No tenemos estos datos todavía, pero llegarán.
La vacunación (y la infección previa) no son suficientes. Si no quiere ponerse enfermo (perder trabajo, la posibilidad de tener COVID persistente, etc), otras medidas, como usar mascarilla, son necesarias. Sí, todavía.
En resumidas cuentas
Tenemos datos de laboratorio de las dosis de refuerzo de otoño. Tenemos datos del mundo real. Y lo que nos llega es bueno–no es perfecto, pero es bueno. Tenemos muchas razones para creer que aún funcionarán mejor frente a una enfermedad severa, especialmente en los mayores de 50 años. Póngase su dosis de refuerzo de otoño. Estamos en el principio de una nueva ola.
Love, YLE
Tu Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, trabaja en un comité de expertos en política sanitaria y por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos. Este boletín informativo es gratis gracias al apoyo generoso de los miembros de la comunidad YLE. Para contribuir a este esfuerzo, por favor suscríbase aquí.