Un plan para el próximo año escolar
Comienza el nuevo curso. Y con ello, el polémico debate sobre qué deberían hacer o no las escuelas. Mientras la pandemia sigue haciendo estragos, el paisaje continúa cambiando y haciendo que cada año escolar sea tan distinto del anterior (y esperemos que para mejor).
Desgraciadamente los estudiantes siguen faltando al colegio. Como se ha visto en el Reino Unido, las ausencias de los estudiantes siguen siendo más altas que antes de la pandemia. Fueron especialmente altas al final del pasado año escolar, cuando se estableció BA.5. Sabemos que esto se debió en parte a las reinfecciones, ya que los niños tienen las tasas de reinfección más altas que cualquier otro grupo de edad.
Es imprescindible que los colegios permanezcan abiertos, pero parece que siguen atascados entre “hacerlo todo” o “no hacer nada”. ¿Cuántas capas de protección puede implementar una escuela, de forma factible, dada la fatiga pandémica, la limitación de recursos, las opiniones firmes y las diferentes formas de calibrar el riesgo?
La respuesta abarca varios niveles; requiere un equilibrio de sacrificios por parte de estudiantes, padres, profesores, escuelas y la comunidad. El objetivo primario sería maximizar el número de días que los niños están presentes en la escuela. Esto se puede conseguir de muchas maneras, pero creo que hay tres objetivos en los que las escuelas realmente deberían de enfocarse.
Campaña de vacunación de vuelta al colegio
Necesitamos campañas de vacunación universales y sólidas en los colegios. Los padres reportan que las escuelas, los pediatras y los departamentos de salud son las fuentes de información sobre vacunas de más confianza. Los colegios además facilitan considerablemente el acceso a vacunas, ya que el 38% de los padres dicen que no tienen suficiente información acerca de dónde vacunar a sus hijos. Una campaña de vacunación de vuelta al cole en otoño realmente podría impulsar las vacunas, y por consiguiente mejorar la ausencia escolar. Y no solo con COVID, sino con otras enfermedades prevenibles con vacunas:
COVID19. El número de niños vacunados frente a COVID19 sigue siendo extremadamente bajo. (Solo el 10% de los de 5-11 años y el 27% de los de 12-17 años están al día con la vacuna de COVID). Las vacunas son seguras, previenen la infección (especialmente en los primeros meses de la vacunación), previenen la enfermedad severa y reducen el riesgo de COVID persistente. Pero los padres tienen muchas y muy buenas preguntas y necesitamos anticiparnos a sus preocupaciones.
Gripe. La temporada de gripe en Australia acaba de terminar y no ha sido precisamente buena. Esto es importante porque, tradicionalmente, los patrones del hemisferio sur predicen lo que va a pasar en el hemisferio norte. (Estamos preocupados por la “pandemia gemela” desde que empezó COVID-19, pero esto no ha ocurrido. No sabemos por qué). Deberíamos hacer caso de la advertencia de Australia y prepararnos para lo peor.
Otras vacunas rutinarias. Nueva York sigue advirtiendo a los padres de la lenta caída en vacunaciones rutinarias. Por ejemplo, el 13.8% de los niños no están vacunados de polio. Esto refleja patrones que hemos visto a nivel nacional e internacional con otras vacunaciones rutinarias también. No podemos perder décadas de progreso en la eliminación de enfermedades prevenibles.
Podemos reimaginar cómo llega la información y las vacunas a padres y estudiantes. Por ejemplo, la campaña Teens for Vaccines (Adolescentes por las Vacunas) en Detroit tuvo muchísimo éxito empoderando a estudiantes embajadores. Un distrito escolar de Florida ha reconocido que la comunicación activa y la educación promovieron la confianza en las vacunas y su uso, así que enviaron recordatorios por mensajes de texto, usaron las redes sociales y facilitaron información fiable. El distrito escolar de Los Angeles incluso hizo una campaña en TikTok.
Ventilación y filtración
Las escuelas necesitan mejorar sus sistemas de ventilación y filtración. Esta es una de las herramientas más poderosas que tenemos para frenar COVID19 y otros virus, porque ocurre de fondo- es una intervención a nivel institucional que no requiere que profesores, padres o estudiantes hagan nada. Lamentablemente, solo una pequeña proporción de colegios han reportado usar estas estrategias, especialmente en áreas rurales y de semipobreza. Muchos administradores no están al tanto de que hay fondos federales disponibles para mejoras en la ventilación.
Pruebas diagnósticas y aislamiento
Ahora que todo el mundo es elegible para las vacunas, y los tratamientos (anticuerpos monoclonales, antivirales y Evusheild) están disponibles para los individuos de alto riesgo en las familias, es razonable hacer un abordaje más orientado a las pruebas diagnósticas, el aislamiento y el uso de mascarillas en el próximo año escolar:
Pruebas diagnósticas. Los niños enfermos, con síntomas deberían quedarse en casa. Los test rápidos de antígenos son una gran herramienta para manejar esto (no usen PCR porque pueden mantenerse positivos durante semanas).
Cuarentena. Asistir al colegio supera con creces los beneficios de hacer cuarentena por un virus respiratorio descontrolado en la comunidad. Es razonable (y se debía haber hecho hace tiempo) eliminar los requisitos de hacer cuarentena.
Aislamiento. El escenario ideal es que el niño de negativo en un test rápido antes de dejar el aislamiento. Pero esto puede significar que el niño pierda mucho colegio (y los padres mucho trabajo), ya que la infección media dura de 8-10 días. Los CDC dicen que la gente puede dejar el aislamiento tras 5 días, mientras lleven mascarilla si siguen positivos. Si es necesario que los niños vuelvan al cole tras 5 días, es ciertamente razonable y debería esperarse que lleven mascarilla si siguen positivos.
Mascarillas. Las mascarillas son eficaces para el que las lleva. Son aún más eficaces si todo el mundo las lleva. Si una escuela está en un área de transmisión alta, es ciertamente razonable llevar mascarillas para reducir la transmisión, y así, reducir la ausencia al colegio. Sin embargo, para que esta estrategia funcione, todo el mundo en la comunidad debe llevar mascarilla. No creo que tenga sentido que una escuela obligue a llevar mascarilla y el resto de la comunidad no las lleve. No deberíamos pedir a los estudiantes que se hagan cargo de la situación si la comunidad en general no se compromete igualmente a reducir la transmisión.
Otras ideas
La clave está en la preparación. Los colegios necesitan un plan en el caso de que ocurra un evento tipo Ómicron o si hay un evento superpropagador, como un baile de “homecoming”. Se necesitan conversaciones importantes que normalicen las decisiones en torno al uso de mascarillas, incluso si no se requieren. También son necesarias conversaciones importantes acerca de cómo asegurar que un niño de alto riesgo pueda también asistir a la escuela en persona.
En resumidas cuentas
El paisaje de esta pandemia sigue cambiando, y deberíamos adaptarnos a ello. Hay un número de medidas que las escuelas pueden poner en marcha para maximizar los días que los niños asisten a la escuela, para que puedan disfrutar un año escolar seguro y exitoso.
Love, YLE
Tu Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, trabaja en un comité de expertos en política sanitaria y por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos. Este boletín informativo es gratis gracias al apoyo generoso de los miembros de la comunidad YLE. Para contribuir a este esfuerzo, por favor suscríbase aquí.