Las elecciones estadounidenses de esta semana han provocado una conmoción en el campo de la salud pública, no sólo a nivel nacional, sino también internacional.
Para muchos profesionales de la salud pública, como yo, la perspectiva de que el liderazgo nacional esté en manos de personas con un historial establecido de ignorar la evidencia es profundamente desconcertante. Algo que ha provocado ansiedad e incluso sentimientos de pérdida y tristeza. Hay muchos factores desconocidos en el futuro de este campo, desde las políticas sobre las vacunaciones rutinarias hasta el impacto de las falsedades que se generalizan y los recursos disponibles para sostener el “escudo invisible” de la salud pública.
Lo que está siendo cada vez más claro es que estamos entrando en un mundo nuevo. Mientras avanzamos, poniendo un pie delante del otro, debemos recordar que hay una diferencia entre lo que podemos y no podemos cambiar y, a veces, hay una diferencia entre lo que es fácil y lo que se necesita.
Este será un mundo diferente.
Si bien en el ámbito de la salud pública estamos muy familiarizados con el ciclo de pánico y negligencia, este terreno es diferente. Las elecciones del liderazgo en este campo no son nada fiables para la narrativa científica.
RFK Jr. tendrá más influencia con su elenco de personajes, que tienen un historial de oposición a la práctica de salud pública basada en evidencia. Por ejemplo, RFK Jr. fundó Children 's Health Defense, una máquina bien engrasada responsable de 1 de cada 4 tweets de baja credibilidad durante la pandemia, y que dio grandes beneficios. Su influencia también condujo a un brote de sarampión en Samoa que causó más de 80 muertes, la mayoría entre niños.

De manera similar, el Washington Post ha informado de que Joseph Ladapo—el Director General de Salud Pública de Florida—está en la lista final para el puesto de Secretario de Salud y Servicios Humanos. Aunque es médico, tiene un historial bien documentado de falsedades sobre las vacunas Covid-19 y fue en contra de las pautas estándar de práctica para los brotes de sarampión en una escuela de Florida.
El liderazgo importa. Las decisiones de políticas de salud ineficaces o peligrosas pueden ser impulsadas mezclando ideas razonables con falsedades y/o no identificando con precisión qué es lo que nos causa mala salud y “arreglarlo”. Por ejemplo, RFK Jr. ha dicho que su primer paso sería eliminar la fluoración del agua; esto no se basa en evidencia científica y refleja la confusión fundamental entre un peligro (algo que podría potencialmente causar daño) y un riesgo (la probabilidad de que algo suceda).
Es importante destacar que todo esto se está desarrollando tras cinco años de muchas dificultades en salud pública. Y, en medio de un panorama que ya está cambiando: amnesia general de las enfermedades prevenibles con vacunas, pérdida de confianza en las instituciones y un panorama informativo cambiante impulsado por las redes sociales. Esto ha llevado a políticas como las siguientes:
El mes pasado, 6 condados de Idaho prohibieron completamente la disponibilidad de vacunas Covid-19.
Texas no permite a los departamentos de salud educar sobre las vacunas Covid-19.
Missouri ha eliminado la capacidad de los departamentos de salud pública de informar sobre sus datos a la OMS (y, por tanto, a los CDC).
Cómo naveguemos por este nuevo mundo será importante
Superaremos esto juntos y lo haremos mediante una comunicación clara y reflexiva.
Para las personas, a nivel individual, esto va a implicar consumir información con un saludable escepticismo. Para los mensajeros de confianza, como los médicos, las comunidades religiosas y las empresas, sus trabajos serán más críticos que nunca. Para las instituciones, esto significa que necesitamos su coraje para proteger a quienes dicen la verdad. Para los líderes de salud pública, es hora de ser proactivos.
La forma en que naveguemos por este panorama cambiante será importante si queremos garantizar que la salud pública siga guiándose por valores que son importantes para todos nosotros. Esto no significa renunciar a nuestra misión sino más bien encontrar el equilibrio.
Para la salud pública (y para todos nosotros), esto significa:
Construir puentes en lugar de ocupar las barricadas, buscando los puntos en común, algo que requiere compromiso activo y humildad. (Siempre me ayuda a concentrarme en un hecho: nadie quiere morir. A partir de ahí avanzo).
Reconocer que lo que se dice importa. Es decir, si quiere que la gente le escuche. Literalmente a través de las palabras que usamos, el encuadre y el enfoque.
Comunicarse con empatía, ya que la ira y la vergüenza sólo alejarán más a la gente.
Escuchar (no simplemente oír) para que podamos responder mejor a las necesidades sobre el terreno. Los estadounidenses necesitan respuestas a sus preguntas, no que les digan qué creer.
Tomar decisiones estratégicas sobre qué batallas librar, en qué momento y a qué nivel de gobierno. El capital político es tan escaso como los recursos financieros y debe asignarse con cuidado.
Creo que nuestro mayor desafío será luchar por la verdad.
En este nuevo mundo, hay muchas posibilidades de que se difundan falsedades y rumores desde la oficina más poderosa de la nación. Esto generará aún más confusión, ansiedad y preguntas que tendrán un impacto directo y negativo en los estadounidenses que realmente tienen preguntas y están interesados en tomar decisiones de salud basadas en evidencia.
Necesitamos elevar la voz de narradores de confianza para que contrarresten este efecto. Desafortunadamente, las voces que brindan información imparcial y basada en evidencia son cada vez más vulnerables, tienen una capacidad limitada y se encuentran en un mundo fragmentado. Algunos buenos samaritanos están manteniendo la vanguardia de la comunicación científica, pero sólo con tiritas, esperanza y una financiación muy limitada (si es que la tienen).
En resumidas cuentas
Estamos entrando en un mundo de salud pública incierto y desconocido. Debemos adaptarnos eficazmente y al mismo tiempo mantenernos fieles a nuestra misión, proteger la salud pública, como nuestra Estrella Polar.
Una cosa es segura: aquí seguirá todo el equipo de YLE. Continuaremos compartiendo información de salud pública precisa, honesta y confiable independientemente de la situación política. Y seguiremos aquí para empoderarlos a todos para que tomen decisiones basadas en evidencia para mantenerse saludables, ustedes y sus seres queridos. Eso no cambiará.
Love, YLE
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Your Local Epidemiologist (YLE, y Su Epidemiólogo Local, versión en español) fue fundada y está dirigida por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH PhD, epidemióloga, esposa y madre de dos niñas pequeñas. YLE llega a más de 280.000 personas en más de 132 países y cuenta con un equipo de 11 personas cuyo objetivo principal es "traducir" la ciencia de la salud pública en constante evolución para que las personas estén bien equipadas para tomar decisiones basadas en la evidencia. Este boletín es gratuito para todos, gracias al generoso apoyo de otros miembros de la comunidad YLE. Para apoyar el esfuerzo, suscríbase o actualice su suscripción a una de pago: