¿Necesito una dosis de refuerzo esta primavera?
La confusión en torno a si uno debería ponerse la dosis de refuerzo o no es palpable por los correos electrónicos que he recibido.
Este es mi enfoque. Espero que les ayude.
Nivel de urgencia
El nivel de urgencia para ponerse una dosis de refuerzo esta primavera debería depender de dos cosas:
1. Factores de riesgo. El 90% de la gente ingresada en el hospital “por” o “con” COVID-19 no tienen la vacuna bivalente (la que salió en otoño, con Ómicron). Este grupo es el que presenta el mayor nivel de urgencia.
Si usted se puso la vacuna bivalente en otoño, se puede considerar protegido frente a enfermedad aguda severa. ¿Cambiará esto con el tiempo? No lo sabemos. Estados Unidos (y un puñado de países más) no quieren arriesgarse a descubrir esto, así que está “permitido” ponerse una vacuna ahora en primavera.
Las personas actualmente hospitalizadas por COVID-19 son adultos mayores y/o personas con comorbilidades. (Si quiere saber por qué, lea más aquí). Por tanto, las personas con el segundo nivel más alto de urgencia para una vacuna ahora en primavera son aquellos que ya se la pusieron en otoño y:
Son adultos mayores de 75 años.
Son adultos mayores de 65 años y tienen una enfermedad de base; y
Están moderada o severamente inmunodeprimidos.
Si usted no pertenece a uno de estos grupos, su nivel de urgencia se reduce significativamente. Podría decidir cuál es el momento adecuado de ponerse una vacuna para tener la máxima protección. Si yo fuera mayor de 65 años y no tuviera una enfermedad de base, elegiría bien el momento, especialmente ahora que el nivel en aguas residuales está bajando en picado. Por ejemplo, cuatro semanas antes de un evento que no me quiera perder, como una boda, me pondría la vacuna. O esperaría a la posibilidad de que aparezca otra variante de preocupación (y me vacunaría justo antes de una ola).
2. El momento adecuado. Si usted está en uno de los grupos de nivel de urgencia, la siguiente pregunta es: ¿cuándo fue su última infección o vacuna?
Hace +6 meses: vaya hoy a ponerse la vacuna.
De 4-6 meses: pida una cita, pero no necesita correr a la farmacia.
<4 meses: Espere. Pero no espere hasta pasado mayo/junio, para que pase tiempo suficiente antes de la vacuna que necesitará en otoño.
Riesgos potenciales a nivel individual
La gente se pregunta por los riesgos de la dosis de vacuna en primavera. Los riesgos son pequeños, especialmente cuando los comparamos con los riesgos de la infección. Quizás los siguientes riesgos solo deberían ser considerados por aquellos que no están en los grupos de alta urgencia descritos anteriormente.
Miocarditis. Este es el mayor riesgo de las vacunas de COVID-19, pero es realmente solo un problema para adolescentes. (Los beneficios superan a los riesgos. Hay también riesgo de miocarditis por la infección de COVID-19).
Vacuna de la gripe. Puede que haya un riesgo aumentado de infarto cerebral si se pone la vacuna de la gripe y la de COVID-19 a la vez. Esto no afecta a la decisión de ponérsela en primavera.
Efectos secundarios. Hay personas que lo pasan fatal con los efectos secundarios de la vacuna nada más ponérsela. Y hay quién no se puede permitir estar de baja dos o tres días.
Impronta inmunológica. Sabemos que la impronta inmunológica existe con COVID-19. Y, deberíamos esperar que ocurra. (Lea en profundidad aquí). La mayor influencia sobre la impronta ocurre con la primera exposición al virus (por la infección o la vacuna). Aunque aún no tenemos buena evidencia de que la impronta inmunológica esté dañando la protección.
Incógnitas desconocidas. Simplemente, tampoco sabemos los riesgos de estimular al sistema inmune con 6 vacunas en 2 años. Siempre hay riesgos desconocidos, por pequeños que puedan ser.
En resumidas cuentas
Cualquiera que no se haya puesto una vacuna bivalente (la vacuna con Ómicron del pasado otoño) necesita pornerse una. Si ya la tiene puesta, hay un espectro de niveles de urgencia. Trate de no darle muchas vueltas.
Love, YLE
Su Epidemiólogo Local (YLE) está escrito por la Dra. Katelyn Jetelina, MPH, PhD— doctora en epidemiología y bioestadística, esposa y madre de dos niñas pequeñas. De día, trabaja en un comité de expertos en política sanitaria y es consultora para un número de organizaciones, incluyendo los CDC. Por las noches escribe este boletín informativo. Su objetivo principal es “traducir” la ciencia de salud pública, en constante evolución, para que las personas estén bien preparadas para tomar decisiones basadas en datos científicos. Este boletín informativo es gratis gracias al apoyo generoso de los miembros de la comunidad YLE. Para contribuir a este esfuerzo, por favor suscríbase aquí.